El Foro de la Economía del Agua ha pedido que se establezca una legislación robusta sobre el uso del agua para generación de energía. Se está celebrando en Chile y los expertos señalan que las normas se articulan sobre la producción de hidrógeno verde. Pero el cambio climático va a afectarnos de forma contundente. Por ello, piden que se legisle sobre el uso intensivo del agua. Consideran que la desalación representa una alternativa competitiva y sostenible.
El desarrollo de nuevas tecnologías de generación de energía renovable, como el hidrógeno verde, pueden contribuir de manera fundamental a la descarbonización de las economías. Y, por tanto, a la lucha contra los efectos del cambio climático.
Sin embargo, para su implantación a gran escala es importante tener en cuenta que se trata de tecnologías intensivas en el uso de agua dulce. Actualmente es un recurso imprescindible, pero cada vez más escaso.
En consecuencia, expertos de todo el mundo, reunidos en el Foro de la Economía del Agua, piden que se legisle sobre el uso del agua. Una petición, por otra parte, que no es la primera vez que hacen.
Entre los temas principales del foro: los desafíos del cambio climático en la economía del agua, el nexo agua-energía y la innovación tecnológica.
Uso del agua para hidrógeno verde
Por lo que respecta al hidrógeno verde, una de las energías renovables más prometedoras, señala Johann Christian Pielow, profesor de Derecho Público Económico en la Universidad de Bochum (Alemania), miembro del Comité Académico y ponente del Foro:
“Hasta ahora, la normativa europea y de los estados miembro se articula en base a la planificación y a las autorizaciones para: la producción, el almacenamiento, el transporte y la regulación de las futuras infraestructuras. Sin embargo, en lo que se refiere a las posibles tensiones por el uso intensivo de agua dulce, queda mucho que legislar”.
El experto recuerda que el consumo humano “debe establecerse como uso prioritario del agua”. El resto de sus aplicaciones – energéticas, industriales o de cualquier otra naturaleza – deben situarse en un segundo rango. Y, además, sin olvidar que:
“El uso del agua es también necesario para el sector de la producción energética convencional”.
Cambio climático y energía
El Foro de la Economía del Agua apunta que el cambio climático demanda un nuevo de paradigma en la utilización de recursos naturales. Eso afecta directamente al agua y a la energía, de modos diferentes pero complementarios.
En el sector del agua, la adaptación al cambio climático “requiere de medidas reactivas”, como el ahorro de agua o el desarrollo de tecnologías de reutilización.
Y añade Pielow:
“Mientras que en la energía, las actuaciones deben ser proactivas, como el desarrollo de energías renovables para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Ambos sectores son complementarios y su gestión sostenible requiere un enfoque conjunto”.
Entre los efectos que trae el cambio climático vemos un incremento de los periodos de sequía y de los fenómenos meteorológicos extremos.
Vanessa Casado-Pérez, profesora asociada de la Facultad de Derecho de Texas A&M, miembro del Comité Académico y ponente del XV Foro, explica la incertidumbre hídrica que trae el cambio climático:
“Siempre hemos vivido sequías periódicas, pero ahora van a ser más frecuentes, más duras y menos predecibles. Podemos decir que las sequías van a ser la nueva norma. Eso implica que nos tenemos que ajustar a una menor oferta de agua y con más variabilidad”.
Soluciones para el uso del agua en energía
En este complejo escenario, desde el Foro recuerdan que las energías renovables tienen un papel fundamental en el desarrollo de soluciones sostenibles para mejorar el equilibrio hídrico. Un ejemplo destacado es la desalación, una herramienta que durante décadas se ha visto lastrada por su alto consumo energético. Según añade sobre esta herramienta Francisco Lombardo, presidente del Foro de la Economía del Agua:
“Es en la actualidad una alternativa competitiva y sostenible para aumentar la cantidad y la calidad del agua disponible gracias a las renovables”.
Además, Lombardo apunta a la reutilización como una de las grandes soluciones para paliar la crisis hídrica:
“Las herramientas tecnológicas para hacerlo ya están disponibles, y de hecho van un paso más allá. Permiten mejorar la calidad del agua en el proceso y dar lugar a lo que entendemos por agua regenerada”.