La transformación del excedente de energía solar en hidrógeno verde, para luego reconvertirlo en electricidad, es el enfoque central de un ambicioso proyecto respaldado por fondos de la Unión Europea. Este programa tiene como escenarios experimentales las islas de Formentera y de Gökçeada, en Turquía, donde se están probando pioneras soluciones energéticas.
La semana pasada representantes de más de 20 organizaciones de ocho países visitaron los avances realizados en Formentera como parte de la iniciativa VPP4Island. Se incluían representantes de universidades, institutos de investigación y empresas del ámbito energético.
Este proyecto, que arrancó en octubre de 2020 y culminó a finales de septiembre, tiene como misión principal promover la integración de energías renovables, acelerar la transición hacia un sistema energético más inteligente y sostenible y maximizar la eficiencia energética en estas islas piloto.
Proyecto de hidrógeno en Formentera
La primera intervención en Formentera consistió en el desarrollo de un innovador sistema de almacenamiento energético detrás del edificio que alberga la biblioteca Marià Villangòmez. Este sistema incluye una batería de litio, tres electrolizadores, una célula de hidrógeno y un tanque de hidrógeno, diseñado para suministrar electricidad a una posible comunidad energética en el futuro.
El excedente de energía solar generado por los paneles instalados en el techo de la biblioteca se convierte en hidrógeno a través del proceso de electrólisis del agua, aprovechando la infraestructura recién instalada. Este hidrógeno, denominado «verde» por su origen en fuentes renovables como la energía solar y eólica, se almacena para luego reconvertirse en electricidad para uso doméstico.
«El objetivo es mostrar la viabilidad de las energías renovables con miras a la creación de comunidades energéticas», señaló Diego Burlando, ingeniero italiano responsable del desarrollo del software que gestiona el proyecto en Formentera, durante su reciente visita. En relación con llevar a la realidad el generalizar el uso de esta tecnología, Burlando señaló que “por ahora se trata de un proyecto de investigación para ver su funcionalidad, y resultaría demasiado costoso instalarlo en una vivienda tal cual. Pero, precisamente, una parte de las investigaciones en el campo de las energías renovables están destinadas a minimizar estas infraestructuras para su uso doméstico, como ya se está haciendo con los molinos de viento”.
Otras actuaciones en la isla balear
En los últimos cuatro años, Formentera también ha sido protagonista de otro proyecto pionero. En este caso, se ha llevado a cabo la instalación de 35 dispositivos inteligentes de monitoreo del consumo energético, distribuidos en edificios públicos, viviendas particulares y comercios. Estos equipos permiten medir y analizar en tiempo real el uso de energía en diferentes entornos de la isla.
Sergio Ribas, ingeniero del Consell y encargado de coordinar esta iniciativa, destacó la importancia de la información obtenida mediante estos sistemas de medición: “socios participantes en el proyecto han desarrollado algoritmos y herramientas informáticas que servirán para facilitar la transición energética con, por ejemplo, la creación y gestión de comunidades energéticas o la puesta en marcha de sistemas de previsión que tengan en cuenta la meteorología y la demanda de consumo”.
Por otra parte, el presidente del Consell, Llorenç Córdoba, ha indicado durante la visita que “Formentera no se quiere quedar atrás en materia de energías limpias”. También ha señalado que, en muchos aspectos, “ha sido pionera, llevando a cabo políticas que favorecen la transición energética para acabar cuanto antes con la dependencia de los combustibles fósiles”.