- El hidrógeno subterráneo impulsa una nueva era de energía limpia y sostenible, especialmente para aquellas industrias donde la descarbonización es un desafío.
- El desafío consiste en garantizar la sostenibilidad económica y ambiental del hidrógeno natural.
- Un novedoso sistema que hace uso del calor del magma subterráneo para producir hidrógeno
En el paisaje energético actual, el hidrógeno subterráneo se ha convertido en un elemento fundamental en la transición hacia fuentes energéticas mucho más limpias y sostenibles. Este gas, ampliamente utilizado en la industria química, promete transformar sectores como la aviación, el transporte marítimo y la producción de acero, ofreciendo un potencial considerable como combustible verde.
Casey Crownhart, una periodista especializada e investigadora en ciencia de materiales, ha realizado un análisis exhaustivo para el prestigioso portal MIT Technology Review sobre este tema. A continuación, exponemos los interesantes resultados obtenidos en relación con el desarrollo del hidrógeno subterráneo.
El potencial del hidrógeno subterráneo como recurso energético
El hidrógeno se considera un combustible limpio debido a su capacidad para no generar emisiones directas de carbono, lo que lo posiciona como una alternativa prometedora frente a los hidrocarburos convencionales, especialmente en sectores industriales donde la descarbonización es especialmente desafiante. Sin embargo, la viabilidad económica y ambiental de su utilización masiva sigue siendo un desafío crítico.
Crownhart ha señalado que el hidrógeno subterráneo tiene el potencial para convertirse en un protagonista fundamental en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles. No obstante, la producción de hidrógeno sigue siendo predominantemente artificial, lo que implica desafíos técnicos y económicos significativos.
Historia y potencial geológico del hidrógeno subterráneo
Durante mucho tiempo, el hidrógeno subterráneo fue considerado más como una rareza geológica que como un recurso energético viable. La creencia generalizada se basaba en que las moléculas extremadamente pequeñas de este gas no podrían permanecer confinadas en formaciones geológicas debido a su tendencia a escapar. Sin embargo, una serie de recientes descubrimientos han desafiado estas percepciones.
Según Casey Crownhart, los primeros indicios surgieron de pozos abandonados y nuevos sitios de perforación, donde se encontraron gases inesperados y llamas doradas. Estos hallazgos despertaron el interés en una búsqueda sistemática que continúa en la actualidad.
El hidrógeno subterráneo difiere de los depósitos de petróleo y gas natural en términos de características geológicas. Mientras que estos últimos se encuentran en rocas blandas como el esquisto rico en materia orgánica, el hidrógeno tiende a acumularse en formaciones ricas en hierro, como la olivina. Este fenómeno se debe a procesos químicos que ocurren bajo condiciones de alta temperatura y presión, descomponiendo moléculas de agua y liberando hidrógeno. Además, la radiólisis, un proceso donde elementos radiactivos fragmentan el agua, podría contribuir a la formación de este recurso en el subsuelo.
Retos tecnológicos y económicos del hidrógeno subterráneo
A pesar de su enorme potencial, la extracción de hidrógeno subterráneo debe afrontar una serie de desafíos considerables, tanto en términos tecnológicos como económicos. Las herramientas y métodos actuales, adaptados principalmente de la industria del petróleo y el gas, pueden no ser los más adecuados para este recurso específico. Crownhart subraya la falta de consenso sobre los métodos más efectivos para localizar y extraer hidrógeno de manera rentable.
Existe otro desafío: el impacto ambiental asociado. Aunque el hidrógeno en sí no emite carbono durante su uso, la liberación de metano, un potente gas de efecto invernadero, durante los procesos de extracción podría contrarrestar sus beneficios climáticos. Además, la baja densidad del hidrógeno y la ubicación remota de muchos depósitos complican su almacenamiento y transporte eficientes.
Para asegurar que el hidrógeno subterráneo cumpla con su promesa de ser una fuente de energía limpia y sostenible, es esencial desarrollar una serie de tecnologías específicas y establecer regulaciones que minimicen su impacto ambiental. Estos pasos son fundamentales para facilitar una transición efectiva hacia un futuro energético más verde y totalmente sostenible.