Airbus y Nueva Zelanda han unido fuerzas para crear un “ecosistema de hidrógeno”. Su acuerdo se ha ampliado con la incorporación de nuevos socios y la creación del Hydrogen Consortium. Los participantes son: el Aeropuerto Internacional de Christchurch, Fortescue Future Industries (FFI), Hiringa y Fabrum. Pretenden crear centros de hidrógeno en los aeropuertos del país y desplegar la aviación comercial de hidrógeno.
En última instancia, los socios evaluarán los medios para implementar centros de hidrógeno en los aeropuertos, comenzando con el estudio de caso en Christchurch. Si tiene éxito, la aviación comercial impulsada por hidrógeno podría extenderse para cubrir la totalidad de la red nacional de Nueva Zelanda.
El país tiene un gran potencial en producción de hidrógeno gracias a sus fuentes renovables. Y, además, su visión de futuro es clara respecto al hidrógeno como vector energético.
En general, la colaboración de los participantes ampliará y reforzará la comprensión del consorcio de los conceptos y operaciones de: las aeronaves propulsadas por hidrógeno, el suministro de hidrógeno, la infraestructura de hidrógeno y los requisitos de abastecimiento de combustible en los aeropuertos.
Con todo ello, apoyarán el desarrollo de este ecosistema de aviación de hidrógeno en Nueva Zelanda. El trabajo también identificará las vías para la comercialización viable y sostenible de tecnologías de aeronaves propulsadas por hidrógeno en el país. Y, además, el marco regulatorio que debe acompañar.
En el aspecto técnico, Airbus contribuirá con los aprendizajes de las características y el concepto de operaciones de su avión de hidrógeno “ZEROe”. Y tanto para operaciones en vuelo, como en tierra.
También pondrá a disposición sus propios supuestos investigados sobre las necesidades de hidrógeno líquido en los futuros despliegues de aviones de hidrógeno.
Además, como actor global en fabricación e integración de aeronaves, Airbus incorporará su experiencia y conocimientos sobre el desarrollo y su estudio de: «Centros de hidrógeno en aeropuertos». Para ello, aportará estudios de casos similares en curso que se realizan en otras partes del mundo.
De hecho, Airbus ha sido uno de los primeros defensores del hidrógeno. Considera que es la opción más prometedora para la descarbonización de la aviación comercial y para enfrentar el desafío ambiental. El hidrógeno bajo en carbono se puede utilizar directamente a bordo de los aviones para la propulsión a través de la combustión en una turbina; asimismo, para la generación de energía a bordo a través de celdas de combustible; o, indirectamente, como materia prima para el combustible de aviación sintético (Power-to-Liquid, o PtL).
Por tanto, Airbus pretende desarrollar y poner en servicio una nueva generación de aviones comerciales de transporte de pasajeros propulsados con hidrógeno para 2035.
Todos los socios aportan su experiencia y conocimientos, gracias al desarrollo que cada uno tiene en este sector. Y tanto por lo que se refiere a la aviación comercial, como al hidrógeno. Así:
Karine Guenan, vicepresidenta del ecosistema ZEROe de Airbus, ha explicado:
“El consorcio se construye con una gran sinergia en la combinación de la experiencia de los respectivos socios: aerolínea, aeropuerto, proveedores de tecnología de hidrógeno, desarrolladores de instalaciones de hidrógeno y desarrolladores de aviones y fuselajes de aviones de hidrógeno.
Esta combinación única de habilidades en la cadena de valor del hidrógeno de extremo a extremo promete aprendizajes muy altos y un estudio de éxito. Asimismo, una hoja de ruta para el uso de hidrógeno en la aviación y para su utilización en aeropuertos”.
Nueva Zelanda presenta una oportunidad única para las nuevas fuentes de energía por varias razones. Tiene una alta proporción de energía renovable, con más del 80 % de la electricidad del país provista de fuentes de energía renovable. El mix incluye energía hidroeléctrica, eólica y solar.
Además, la economía de Nueva Zelanda también depende en gran medida de los vuelos nacionales de corta distancia. Más del 60 % de los vuelos que conectan centros regionales tienen menos de 350 km de distancia. Ambos factores hacen de Nueva Zelanda un entorno de prueba ideal mientras se explora el potencial de nuevas fuentes de energía para nuestra industria, incluido el hidrógeno.
Además, Airbus y Air New Zealand comparten el objetivo común de liderar el camino para lograr una aviación descarbonizada. Según el acuerdo existente, Nueva Zelanda ofrece un entorno de demostración adecuado para desarrollar los ecosistemas necesarios para respaldar operaciones de aeronaves impulsadas por hidrógeno.
En la próxima fase del acuerdo, profundizarán más en el diseño y el rendimiento de las aeronaves potenciales que necesitaría Air New Zeland.
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