Delta, una pequeña ciudad ubicada en el Estado de Utah (Estados Unidos) albergará un proyecto de almacenamiento de hidrógeno en cavernas de sal con profundidades superiores a la altura del Empire State Building.
El proyecto se centra en el almacenamiento de hidrógeno en forma gaseosa, disolviendo la sal con agua para hacer posible el almacenamiento. De este modo, se puede utilizar formaciones geológicas para el almacenamiento y uso de una energía renovable.
El gigante energético estadounidense Chevron ha adquirido una participación mayoritaria en uno de los dos proyectos. El hidrógeno almacenado, generado predominantemente a partir del exceso de electricidad producida por los parques solares y eólicos en épocas de baja demanda, se convertirá posteriormente en electricidad en periodos de alta demanda. Este enfoque subraya la transición hacia la producción de combustible de hidrógeno verde, alejándose de los métodos convencionales basados en combustibles fósiles que dan lugar a emisiones de dióxido de carbono.
En las inmediaciones de las cavernas, se está construyendo una nueva central eléctrica para sustituir a la central de carbón que actualmente se emplaza allí. El plan es utilizar inicialmente una mezcla de hidrógeno y gas natural para la producción de electricidad. Sin embargo, el objetivo final es lograr una generación de electricidad libre de emisiones utilizando únicamente hidrógeno para 2045. Se espera que la construcción de esta nueva planta, valorada en 2.000 millones de dólares, se complete en 2025. El primero de los 40 electrolizadores de la planta, que dividirá las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno utilizando energía renovable, ya ha sido entregado.
El almacenamiento de hidrógeno en cavernas salinas es un ámbito, por el momento, poco desarrollado, pero que está suscitando interés. Ejemplo de ello es que el proyecto de corredor europeo de hidrógeno que plantea España contempla la construcción de un gran almacén subterráneo en Euskadi. Se trata de un elemento considerado como una infraestructura facilitadora para mantener el flujo del hidroducto y para acoplar la producción de hidrógeno mediante fuentes renovables. Esto último permitirá el consumo estable de las industrias que van a utilizar hidrógeno para su descarbonización.
Por otro lado, investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid han propuesto en un estudio el almacenamiento geológico de hidrógeno verde en el diapiro de Poza de la Sal (Burgos). El trabajo parte de la producción del hidrógeno a través de electrólisis, un proceso químico impulsado en este caso con el excedente de energía procedente del cercano parque eólico Páramo de Poza.
Según los investigadores las cavernas de sal son almacenamientos subterráneos adecuados para el hidrógeno puro, pues presentan un buen sello y una muy baja permeabilidad, lo que asegura una mínima pérdida de hidrógeno y un riesgo muy bajo de contaminación con impurezas del entorno.
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