Una de las ventajas del hidrógeno verde es que se puede almacenar, transportar y utilizar cuando y donde se necesita. Toda una oportunidad de cara a la descarbonización, a la transición energética y al objetivo de neutralidad en 2050. Según explica Enagás, necesitamos: “desarrollar métodos de almacenamiento de hidrógeno verde para favorecer la estabilidad energética”. Y de ahí la importancia de los dos proyectos previstos en Cantabria y País Vasco.


Con el hidrógeno verde se pueden aprovechar los excedentes de energía eléctrica producidos por fuentes renovables como la solar o eólica. En consecuencia, el desarrollo de métodos para almacenarlo a gran escala es fundamental para la estabilidad de la oferta energética en periodos de alta demanda.

Pero almacenarlo requiere métodos especiales. El hidrógeno es un elemento con un peso molecular menor, que lo hace muy ligero. Es necesario disponer de depósitos con materiales adecuados para evitar fugas, soportar la presión y conservarlo adecuadamente. Y bien en estado líquido o gaseoso.

Almacenamiento subterráneo

Según indica Enagás, el almacenamiento subterráneo de hidrógeno es una de las posibilidades más prometedoras. Se trata de utilizar grandes cavidades donde se pueden albergar importantes cantidades para abastecer el consumo durante largos periodos de tiempo. Es decir, como ya hacemos con el gas natural, puesto que el diseño y operación con hidrógeno sería muy similar en cavidades subterráneas.

Incluso, sería posible aprovechar parte de la infraestructura existente, lo que supone una ventaja competitiva, tanto en plazo como en coste.

Entre las mejores opciones para este tipo de almacenamiento: los acuíferos salinos, las minas o los antiguos yacimientos de gas o petróleo. Es algo que comentábamos ayer tras las investigaciones de un laboratorio estadounidense.

Estas formaciones geológicas pueden albergar grandes volúmenes y permiten conservar el hidrógeno de forma eficiente y segura.

Cuando el hidrógeno se almacena bajo tierra, una parte de él permanece siempre. Es lo que se llama gas colchón. La otra parte, el gas de trabajo, es la que se extrae para transporte o consumo.

Cavernas de sal

Tras investigar posibles cavidades para almacenamiento de hidrógeno, las cavernas de sal parecen ofrecer mayor eficiencia, seguridad y flexibilidad. Según explican desde Enagás:

“Estas formaciones geológicas pueden albergar grandes volúmenes. Además, la sal posee propiedades naturales de sellado que contrarrestan las posibles fugas y disminuyen el riesgo de contaminación por la presencia de impurezas en el entorno”.

La operación técnica de este tipo de cavidades y su coste son aspectos favorables en comparación con otras posibles alternativas. Y, además, contamos con gran experiencia y conocimiento técnico al respecto, puesto que se trata de espacios similares a los que ya utilizamos para almacenar gas natural. Las principales diferencias radican en los compresores y equipos de acondicionamiento del hidrógeno que se instalan en superficie.

Proyectos de almacenamiento

Europa cuenta con más de 300 cavidades salinas en operación para almacenar gas natural. Asimismo, con varios proyectos piloto para su transformación para almacenamiento de hidrógeno en Alemania y Francia.

Según un estudio del International Journal of Hydrogen EnergyEuropa posee suficientes cuevas de sal como para almacenar, en teoría, hasta 84.8 petavatios hora (PWh) de energía basada en el hidrógenoUn petavatio son 1015 vatios.

En España ya ha dos proyectos, que forman parte de la Red Troncal de Hidrógeno. Ambos se han incorporado a la lista de Proyectos de Interés Común europeos (PCI). Uno de ellos estará ubicado en Polanco (Cantabria), lo que junto a la ampliación de la central de Aguayo y al propio corredor H2Med, suponen un gran noticia para la región.

También hemos hablado anteriormente del consorcio que en Euskadi lleva a cabo investigaciones para almacenamiento en cavernas de sal a través de H2Salt.

Pero no sólo en España o en EEUU se realizan estudios. Ya existen importantes proyectos, entre ellos:

  • El proyecto Tees Valley Hydrogen Innovation Project (TVHIP) de Reino Unido para utilizar una mina de sal y almacenar 1.000 toneladas de hidrógeno renovable.
  • La Hydrogen Cavern for Mobility, en una mina de sal cerca de Berlín.
  • El proyecto RINGS-H2, en el que han participado compañías como Teréga, Storengy, Snam y Enagás Transporte. Ensaya la inyección subterránea de hidrógeno y biogás.

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