Millones de libras invertidas en decenas de autobuses de hidrógeno de última generación….que no circulan. Es la situación que atraviesan varios ayuntamientos del Reino Unido que, en su apuesta por el hidrógeno, con la adquisición de autobuses de este tipo, se encuentran con flotas enteras que no salen de las cocheras por falta de combustible y fallos técnicos. Lo que parecía un paso de gigante hacia la movilidad sostenible ha acabado siendo un experimento realmente caro y con resultados decepcionantes.
En concreto, los ayuntamientos de Liverpool, Birmingham y Aberdeen con algunos de los que se enfrentan a estos retos con sus flotas de autobuses de hidrógeno, que no pueden circular debido a altos costes de mantenimiento y, especialmente, por falta de combustible.
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En Reino Unido, han sido adquiridos al menos 139 autobuses de hidrógeno por parte de las autoridades locales, a un coste medio de 500.000 libras por cada unidad.
Según apuntan expertos al medio The i Paper, los problemas han sido hasta ahora totalmente predecibles e instan a las autoridades a apostar por los autobuses eléctricos de batería. Los expertos indican que la falta de infraestructura de producción, distribución y almacenamiento de hidrógeno es uno de los principales problemas, además de ser vehículos que resultan extremadamente caros.
Durante 20 años, el Reino Unido ha estado llevando a cabo pruebas de autobuses de hidrógeno. En 2025, Transport for London (TfL) participó en un plan junto con otras nueve ciudades europeas con financiación de un grupo que incluía al gigante petrolero BP.
Desde entonces, ciudades de todo el Reino Unido y del mundo han experimentado con el hidrógeno para sus redes de autobuses. Sin embargo, muchos de estos ensayos se han topado con los mismos obstáculos: altos costes y falta de un suministro fiable de hidrógeno.
Los ensayos más recientes en el Reino Unido han tenido lugar en Liverpool, Birmingham, Crawley, Aberdeen y Londres. El resultado también ha sido nefasto, con decenas de autobuses fuera de las carreteras desde el verano pasado. Todas estas ciudades, salvo Liverpool, han participado en el proyecto Jive (Iniciativa Conjunta para Vehículos de Hidrógeno en toda Europa), que fue financiado por la Asociación de Hidrógeno Limpio, una asociación entre la Unión Europea e Hydrogen Europe.
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Actualmente, las flotas de autobuses diésel suelen tener una disponibilidad media del 90%, lo que significa que lo más normal es que 9 de cada 10 autobuses estén disponibles todos los días. En comparación, los buses de hidrógeno tienen una tasa de disponibilidad que no se acerca al 30%.
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