La producción de hidrógeno verde y amoníaco verde es técnicamente factible a gran escala en Australia. Es una de las conclusiones de un estudio realizado por GHD para BP, apoyado por la Agencia Australiana de Energía Renovable (ARENA). La región del medio oeste de Australia es un lugar particularmente prometedor para la producción de hidrógeno verde a gran escala.
Sin embargo, la producción requerirá una importante inversión en servicios portuarios, de electricidad y de agua, según la compañía energética, basándose en las conclusiones del estudio.
El estudio analizó la construcción de una planta de demostración y una instalación de 1 millón de toneladas al año. Incorporaría un electrolizador alimentado por energía renovable para dividir el agua y producir hidrógeno, que podría utilizarse para hacer amoníaco verde.
Recordamos lo que decíamos hace poco sobre el amoníaco verde:
“Según AleaSoft, el crecimiento del hidrógeno verde como elemento clave de la transición energética no implicará solamente al hidrógeno. También a un conjunto de compuestos y tecnologías capaces de ser vectores energéticos del hidrógeno. Estos compuestos y tecnologías habrán de hacer posible el uso del hidrógeno verde en todos los sectores a descarbonizar. Ejemplo de ello es el amoníaco verde, uno de los vectores energéticos más indicados para transportar el hidrógeno”.
Australia es el principal exportador de carbón del mundo y el segundo mayor exportador de gas natural licuado. Sin embargo, quiere desarrollar hidrógeno verde para reemplazar los combustibles fósiles en un impulso global para reducir las emisiones de carbono.
BP ha anunciado sus planes, que contemplan inversiones bajas en carbono de $ 5 mil millones al año. Así, ha descubierto que el medio oeste de Australia Occidental es un lugar particularmente prometedor para la producción de hidrógeno verde a gran escala. Entre otras cosas, tiene grandes extensiones de tierra y abundantes vientos y sol.
Según el presidente de BP Australia, Frédéric Baudry:
«Es importante destacar que nuestro estudio también confirmó una fuerte demanda de clientes potenciales en los sectores difíciles de reducir; incluso para los mercados locales y de exportación.
Todo ello ofrece el potencial de posicionar a Australia como una potencia regional en la transición energética».
Los sectores difíciles de reducir incluyen la fabricación de acero y el transporte de larga distancia.
El estudio, realizado por la firma de ingeniería GHD, encontró que el desarrollo de una industria del hidrógeno dependería del apoyo del gobierno. Eso incluiría: la construcción de líneas de transmisión; la expansión de puertos; posibles incentivos; y el establecimiento de objetivos de emisiones.
Según GHD:
«La ausencia de un precio de carbono o un límite de emisiones son barreras clave para atraer inversiones en tecnologías renovables como el hidrógeno».
Por otra parte, el gobierno australiano se ha negado a fijar un precio al carbono o comprometerse con cero emisiones netas para 2050.
FUENTE: Reuters.
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