En las carreteras europeas empieza a notarse un cambio silencioso pero firme. Los camiones de gran tonelaje, que antes hacían retumbar el asfalto con sus motores diésel, circulan ahora sin dejar rastro de humo. Y es que Toyota Motor Europe ya ha comenzado a operar sus rutas logísticas con vehículos propulsados por hidrógeno, marcando un punto de inflexión en el transporte de mercancías.
Estos nuevos vehículos, desarrollados junto a la empresa neerlandesa VDL Groep, representan la apuesta más reciente de Toyota por transformar su logística. El reto ya está en marcha: conectar distintos centros europeos con camiones sin emisiones, manteniendo el mismo rendimiento que los vehículos tradicionales.
Toyota ha puesto en circulación cinco camiones impulsados por hidrógeno en un proyecto que recorre cuatro países: Bélgica, Francia, Alemania y Países Bajos. Lejos de tratarse de una prueba puntual, estos vehículos ya forman parte de las rutas habituales de la compañía, cubriendo distancias reales con cargas operativas. Y lo hacen sin contaminar.
Los camiones, de 40 toneladas, incorporan un sistema que convierte el hidrógeno en electricidad mediante una pila de combustible. Esta energía alimenta el motor eléctrico del vehículo, que no emite más que vapor de agua. Con una autonomía de hasta 400 kilómetros por carga, estos vehículos están diseñados para condiciones de trabajo reales y para integrarse de inmediato en el flujo logístico actual.
La colaboración entre Toyota y VDL Groep ha sido fundamental para adaptar esta tecnología a camiones de gran tamaño. Tras el desarrollo de un prototipo inicial, se han incorporado ya cuatro unidades más a la red europea de transporte de piezas y componentes de Toyota, en ciudades como Diest, Lille, Colonia, Róterdam y Weesp.
En esta primera fase, Toyota se ha aliado con operadores logísticos como Vos Transport Group, CEVA, Groupe CAT y Yusen Logistics, con quienes comparte un objetivo común: reducir al mínimo el impacto ambiental del transporte por carretera. Estas empresas evaluarán el comportamiento de los nuevos camiones y su integración en las rutas ya existentes.
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Cada jornada, Toyota Motor Europe gestiona más de medio millón de piezas entre centros de distribución y fábricas. Integrar vehículos sin emisiones en esta operación supone un cambio logístico relevante, tanto en términos medioambientales como de eficiencia. Y es que, pese al cambio tecnológico, los nuevos camiones mantienen un rendimiento muy similar al de los diésel.
Además del impacto ambiental, el confort también mejora. El motor eléctrico reduce el ruido y las vibraciones, algo que se nota tanto en la experiencia de conducción como en las ciudades y carreteras por donde circulan. Menos ruido y cero gases contaminantes: un cambio que se empieza a sentir.
La iniciativa de Toyota no se queda en la mejora logística. Según Thiebault Paquet, vicepresidente de I+D de Toyota Motor Europe, esta transición forma parte de un plan mayor para lograr que toda la cadena operativa sea neutra en carbono antes de 2040. Pero además, el despliegue de los camiones de hidrógeno de Toyota busca incentivar la demanda de este combustible limpio y acelerar su implantación en más sectores.
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La apuesta también coincide con los objetivos marcados por la Unión Europea en su Reglamento sobre Infraestructuras para Combustibles Alternativos (AFIR), que busca acelerar el despliegue de energías limpias en el transporte. Y para que esto funcione, el hidrógeno necesita no sólo vehículos, también infraestructuras de recarga y un marco regulador claro.
En paralelo, Toyota sigue reforzando su estrategia mundial de electrificación, con más de 25 millones de vehículos electrificados vendidos en todo el mundo. La compañía quiere que el hidrógeno sea un motor para sus vehículos, pero también una solución energética integral para la sociedad del futuro. Este paso, dentro del programa «Let’s Go Beyond», acerca ese horizonte. Aunque queda camino por recorrer, el movimiento ya ha comenzado: menos ruido, más eficiencia y, sobre todo, cero emisiones.
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