Imagen: Fertiberia
El Bajo Aragón se ha propuesto convertirse en el epicentro nacional en la fabricación de hidrógeno verde, un recurso esencial para la descarbonización. Cuatro iniciativas lideran este impulso: tres en en el municipio turolense de Andorra y una en las localidades zaragozanas de Caspe y Fabara, con una producción estimada que supera el medio millón de toneladas anuales.
Los proyectos incluyen el plan Catalina, impulsado por Copenhagen Infrastructure Partners (CIP) en colaboración con Enagás y Fertiberia; la planta promovida por Endesa y una iniciativa del Grupo Térvalis junto con Iam Caecius y EDP. Por su parte, en Caspe y Fabara, el grupo Alkeymia lidera otra apuesta por esta tecnología.
El impacto del hidrógeno en Aragón: más empleo y mayores beneficios
La inversión total en estas iniciativas supera los 2.877 millones de euros, aunque el montante final podría ser mayor. En términos laborales, se prevén más de 4.000 empleos en diversas fases de desarrollo y construcción. En cuanto a la generación de puestos de trabajo directos, el proyecto de Caspe creará 85 plazas fijas, mientras que el de Térvalis alcanzará los 40 puestos cuando entre en funcionamiento.
El crecimiento de estos proyectos está respaldado por programas gubernamentales destinados a reducir la dependencia de combustibles fósiles. Recientemente, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha asignado fondos de apoyo a dos de estas iniciativas: el proyecto Catalina recibió 245 millones de euros, sumando un total de 535 millones en ayudas, y el plan de Caspe, denominado «Generación de H2 verde para producir combustibles derivados en el valle del río Ebro (HyBERUS)», obtuvo una subvención de 139 millones.
Además, en julio de 2024, el proyecto de Térvalis fue beneficiario de 53 millones en fondos europeos. Uno de los principales retos de estas iniciativas es el elevado consumo de agua necesario para la producción de hidrógeno, lo que ha generado preocupaciones en torno a su viabilidad a largo plazo.
Entre los planes en desarrollo, el denominado HyBERUS se encuentra en una fase más adelantada. Esta iniciativa, anteriormente conocida como «Pilar», es impulsada por Alkeymia, una compañía vinculada a Capital Energy. Su objetivo es establecer una red de plantas para la producción de hidrógeno y amoniaco verde en la zona de Caspe y Fabara.
Las medidas del proyecto Catalina de hidrógeno verde para maximizar su impacto social
La infraestructura principal estará ubicada en Caspe, complementada con dos plantas auxiliares en Fabara y Ascó. La energía para su operación será provista por parques eólicos situados en Fabara y Mequinenza.
Los primeros trabajos ya han comenzado en la parte alta de Caspe, junto a la N-211, donde se abren caminos de acceso. En Fabara, la instalación de aerogeneradores está sujeta a la aprobación de la Sociedad de Montes local, cuyos 431 socios decidirán por votación la aceptación de nuevos proyectos.
Uno de los proyectos más ambiciosos de la comarca del Bajo Aragón es en Catalina, que plantea la instalación de un sistema de electrólisis de 500 MW en Andorra. Esta planta utilizará energía de 1,4 millones de paneles solares (730 MW) y 132 aerogeneradores (900 MW) distribuidos en 12 municipios de la región.
Los promotores del proyecto destacan que «se prevé que se puedan añadir activos de generación en fases posteriores para cubrir la demanda de consumo». Esta iniciativa, que cuenta con más de 500 millones de euros en subvenciones, incluye un gasoducto de 221 kilómetros hasta Sagunto, donde se ubicará una planta para la producción de 247.000 toneladas de amoniaco verde anuales.
Las obras se iniciarán en 2026 con la construcción de los parques eólicos y solares, que tardarán unos dos años en completarse. Luego se desarrollará la planta de hidrógeno, cuya puesta en marcha está prevista en un periodo de tres años.
Endesa también participa activamente en esta transición con una inversión de 47 millones de euros en una planta de hidrógeno verde de 15 MW en Andorra. Este proyecto forma parte del plan Transición Justa Nudo Mudéjar y se construirá en el lugar donde antes se erigían las torres de refrigeración de la antigua Central Térmica de Teruel. La producción anual será de 2.263 toneladas de hidrógeno verde, aunque aún no se han definido fechas exactas para su ejecución.
Por su parte, el Grupo Térvalis, a través de Fertinagro Biotech y en colaboración con Iam Caecius y EDP, impulsa el proyecto Ver-Amonia, con una producción estimada de 15.000 toneladas anuales de hidrógeno para la fabricación de fertilizantes. Este desarrollo contará con dos plantas: una de energías renovables de 35 MW y otra de electrólisis de 25 MW, cuyos productos serán transportados a cuatro fábricas de Fertinagro Biotech en Teruel.
La apuesta por el hidrógeno verde en el Bajo Aragón supone un salto significativo en la transformación del modelo energético, con proyectos de gran envergadura que buscan posicionar a la región como referente en sostenibilidad.
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