El 9 de julio pasado, el Consejo de Ministros aprobó un real decreto asignando 78 millones de euros al valle asturiano del hidrógeno verde de EDP, localizado en la localidad de Aboño, próxima a Gijón (Asturias). Este emplazamiento alberga una de las pocas centrales térmicas que permanecían en España hasta este año, la cual se está reconvirtiendo en una instalación de hidrógeno verde. El proyecto denominado “Asturias H2 Valley” tiene una meta establecida de alcanzar una capacidad de electrólisis de 150 MW para el año 2026.

Esta conversión a gas e hidrógeno de la central térmica de Aboño asegura la sostenibilidad futura de la planta, fundamental para la industria electrointensiva local, y marca el compromiso de la empresa energética de eliminar la producción con carbón antes de 2025. Una vez finalizada la transformación del grupo de generación, se espera que tenga una capacidad instalada de 494 megavatios (MW).

El plan contempla una parada programada para marzo de 2025, momento en el cual el grupo se someterá a una revisión completa. Posteriormente, en julio, se reactivará la operación utilizando inicialmente gas natural y gases procedentes de la siderurgia, para luego incorporar de manera progresiva hidrógeno renovable producido en una futura planta ubicada en el mismo sitio.

Gas natural e hidrógeno verde en Aboño

Según el documento divulgado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el plan prevé reemplazar los 24 quemadores de carbón pulverizado por nuevos quemadores compatibles con gas natural e hidrógeno, manteniendo los 12 quemadores actuales de GHA. También se instalarán encendedores de gas natural en los nuevos quemadores, reutilizando los encendedores de gasoil en los quemadores de GHA. Estas adaptaciones no requerirán modificaciones estructurales importantes en la caldera, lo que permitirá conservar las plataformas y cajas de vientos existentes.

Infografía del proyecto de transformación de la central de Aboño, parte del proyecto de Asturias H2 Valley.

Infografía de la transformación de la central de Aboño.

Además, la reconversión incluirá el desarrollo de nuevas instalaciones para el suministro de gas natural. Se construirá un gasoducto interior de 12 pulgadas de diámetro y 410 metros de largo que conectará el punto de suministro con la estación de regulación y medida (ERM). Asimismo, se añadirá una nueva línea de regulación y medida en la ERM sin necesidad de ampliar el edificio actual. Un segundo gasoducto de 12 pulgadas de diámetro y 270 metros de largo distribuirá gas natural desde la ERM hasta la caldera del grupo 2, con una sección de 45 metros bajo tierra.

El proyecto también aborda el suministro de hidrógeno renovable. Se instalará un gasoducto de 12 pulgadas de diámetro y 130 metros de longitud para conectar la futura planta de producción de hidrógeno con la caldera del grupo 2, todo dentro del área industrial.

Reducción de todo tipo de residuos en Aboño

La transformación a gas natural no supondrá un incremento significativo en la generación de residuos ni la creación de nuevos tipos de residuos. Al contrario, se prevé una reducción notable en ciertos flujos de residuos asociados a la combustión del carbón, como cenizas y escorias, así como los yesos y lodos procedentes de la desulfuración de gases de combustión.

Según el documento ambiental, tras la conversión se estima una reducción del 10 % en residuos peligrosos, un 30 % en residuos no peligrosos y un 96 % en cenizas, escorias y yesos.

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