El futuro del hidrógeno verde en Europa se vislumbra de lo más prometedor, y todo gracias al impulso de iniciativas a gran escala y a la participación de importantes compañías del sector energético. España está posicionándose como el epicentro del desarrollo de esta tecnología limpia, sobre todo por los ambiciosos proyectos en marcha. Además, se va a consolidar como el mayor productor de hidrógeno renovable a través de electrólisis, un método que genera este combustible con una huella de carbono mínima.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que Europa dominará el panorama global de producción de hidrógeno, representando el 25% de la producción mundial para 2030. Dentro de este contexto, España liderará en el continente, aportando el 20% del total de la producción baja en emisiones. La AIE estima que, dependiendo de la evolución de los proyectos en desarrollo, España producirá entre 5 y 8 millones de toneladas anuales en 2030, lo que implicaría una contribución anual al mercado de entre 1 y 1,6 millones de toneladas. Dinamarca, con un 12%, y Alemania, con un 10%, seguirán a España en esta carrera por la capacidad de producción.

Iberdrola participa en dos proyectos con Enel, E.ON y Mitsubishi para llevar hidrógeno a Centroeuropa

Actualmente, España cuenta con 107 iniciativas vinculadas al hidrógeno, el amoníaco y otros gases renovables, superando en número a Italia (33) y Francia (63) combinadas, de acuerdo con los datos de la AIE. Sin embargo, sólo 12 de estos proyectos están operativos, mientras que otros siete están programados para comenzar su actividad antes de que finalice el año.

Apuesta en España por el hidrógeno local

El atractivo de España en el sector energético radica en su fuerte apuesta por las energías renovables. El país ha logrado que casi la mitad de su matriz energética provenga de fuentes limpias, lo que según datos de Red Eléctrica, abarata significativamente los costos de producción de recursos como el hidrógeno verde. Este ahorro mejora la competitividad de los electrolizadores, equipos fundamentales para producir tanto hidrógeno renovable como otros derivados, como el amoníaco verde, que puede transformarse en hidrógeno.

Banco de ensayos de electrólisis OCEAN H2 en las instalaciones que Ariema comparte con la Universidad de Huelva.

En contraste, los países de Europa central afrontan costes mucho más altos para generar hidrógeno verde, a pesar de ser zonas con gran demanda industrial y potenciales compradores de este combustible sostenible. De acuerdo con el observatorio económico independiente “think tank Bruegel”, en naciones como Alemania, el precio por kilogramo de hidrógeno es casi el doble que en España, alcanzando los 11,62 euros frente a los 5,8 euros que se registran en territorio español. Esta disparidad de costes también se observa en otros países del centro de Europa.

Este diferencial ha llevado a grandes compañías nacionales, como Iberdrola y Cepsa, así como a multinacionales como Trina Solar y Hygreen, a invertir en la producción de hidrógeno en España. Además, están estableciendo alianzas estratégicas para asegurar su transporte hacia los principales centros industriales europeos. Entre los proyectos más destacados se encuentra la futura conexión entre Barcelona y Marsella, impulsada por Enagás, GRTgaz y Terega, que tiene como objetivo facilitar el envío de hidrógeno hacia el norte de los Pirineos.

¿Dónde se concentra la demanda de hidrógeno verde?

A nivel mundial, se espera que la demanda de hidrógeno verde crezca exponencialmente en los próximos años. Sin embargo, la AIE advierte que existe el riesgo de que la demanda no sea capaz de mantenerse al ritmo del rápido aumento en la producción de este combustible limpio. Los gobiernos han fijado objetivos de consumo que alcanzan los 43 millones de toneladas anuales para 2030, mientras que la AIE proyecta que los proyectos ya anunciados podrían generar 49 millones de toneladas para esa misma fecha.

hidrógeno

A pesar de este panorama, surge una clara advertencia: de los aproximadamente 91.000 millones de euros en incentivos gubernamentales destinados a fomentar el uso del hidrógeno, la mayor parte está dirigida a impulsar la oferta. Según la AIE, las subvenciones dedicadas a la producción superan en un 50% a las que apoyan el crecimiento de la demanda, lo que podría generar un desequilibrio en el mercado a medida que se avanza en su adopción.

Por otra parte, España y Europa están bien preparadas para el invierno, con sus reservas de gas al máximo. A inicios de octubre, España alcanzó el 100% de su capacidad de almacenamiento de gas, mientras que la Unión Europea llegó al 94%, según el observatorio Bruegel. Sólo Portugal y Rumanía superaron a España, con el 104% y el 101%, respectivamente. Este aumento en las reservas responde al temor de inviernos fríos tras la invasión de Ucrania, que ha impulsado las compras de gas en Europa. Con 34 TWh almacenados, España tiene menos capacidad que Alemania (255 TWh) e Italia (197 TWh), pero la UE en su conjunto ha superado su meta del 90% por segundo año consecutivo.

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