El director de la Fórmula 1, Ross Brawn, ha informado que se plantea la introducción de coches de hidrógeno para mejorar la sostenibilidad. La competición ya ha anunciado su neutralidad para 2030.
Por el momento, la Fórmula 1 no ha asumido ningún compromiso específico con un tipo de tecnología de cero emisiones sobre otro. Sin embargo, Brawn ha afirmado que los vehículos de pila de combustible pueden ser una posibilidad definitiva.
Recordemos que, por normativa, en Europa y en Reino Unido ya se ha establecido el fin de los coches de combustión para 2035. Eso hace que supongamos que la Fórmula 1 tendrá que adelantarse a esa circunstancia para evitar ir “contra el mundo”. Y sabemos que ya hay hiperdeportivos de hidrógeno.
Hidrógeno como alternativa para la Fórmula 1
En unas declaraciones a la BBC, Ross Brawn explicó que el hidrógeno podría mantener el “sonido” y la “emoción” que conlleva la Fórmula 1.
Sin embargo, también dijo que la F1 tiene la intención de seguir con sus unidades de potencia híbridas, que combinan motores eléctricos con combustión interna. Para Brawn, este deporte es sinónimo de velocidad, potencia y aceleración. En esa línea, considera que los coches eléctricos no pueden ofrecer ese rendimiento durante los 90 minutos que dura una carrera. Para él, hoy no existe una solución eléctrica.
Actualmente, la Fórmula 1 centra sus esfuerzos en la producción de combustibles sintéticos, mediante la captura de CO2, los desechos agrícolas y la biomasa. No obstante, los combustibles sintéticos y los biocombustibles no son limpios al 100%, por lo que la solución no parece definitiva. Al menos, de momento.
En todo caso, la normativa de la competición ya exige que un 10% del combustible de los monoplazas sea biocombustible.
Curiosamente, como dato significativo y en relación a las carreras, se estima que la F1, produce el 0,7% de las emisiones de la competición. El 50% procede de la logística relacionada con los equipos y el personal de carrera. Estos aspectos sí que son susceptibles de mejoras y se abordarán próximamente, según Brawn.
Ya hace tiempo que se habla del hidrógeno como una posible solución para descarbonizar el transporte y la logística de la Fórmula 1.
El hidrógeno, buenas perspectivas
Desde la aparición de la Fórmula E hace siete años, la Fórmula 1 empezó el desarrollo de la hibridación de los monoplazas. Los logros han sido importantes, en cuanto a consumo, potencia y eficiencia térmica. En esa línea, hace ya más de cuatro años se logró superar la mítica barrera del 50% de eficiencia en motores híbridos. Para hacernos una idea, en 2014, los turismos híbridos tenían una eficiencia del 30%.
Pero el hidrógeno parece estar dejando atrás muchas consideraciones tradicionales, en cuanto a competición de motor. Autonomía, repostaje y densidad energética acercan los motores de hidrógeno a los térmicos.
Es cierto que el hidrógeno también necesita evolución, sobre todo por lo que se refiere a la producción renovable. Y que la evolución de los combustibles sintéticos también sigue su trayectoria.
De momento, lo que sí es real es la afición por la Fórmula E, por su emoción y por el sonido. Veremos cómo se desarrolla el futuro.
FUENTES: BBC. Sports Pro. El Confidencial.