La energía del futuro ya está aquí, y no necesita enchufes. Y es que en Zaragoza, un grupo de especialistas de la Fundación Hidrógeno Aragón ha mostrado al mundo cómo es posible habitar espacios con total independencia energética, usando únicamente hidrógeno y fuentes renovables. El resultado es un modelo de construcción modular que no depende ni del diésel ni de cables.

Con esto se cierra un experimento de cuatro años liderado desde Aragón, donde se ha fabricado un sistema completamente autónomo que podría cambiar la forma en la que entendemos el confort, la eficiencia energética y la arquitectura en lugares remotos, militares o de emergencia humanitaria.

Fundación Hidrógeno Aragón nos muestra cómo es vivir sin red eléctrica

Una construcción ligera, dividida en tres partes habitables y transportables, ha sido el centro de un proyecto europeo que buscaba probar que se puede vivir en cualquier lugar sin depender de combustibles fósiles. La propuesta, desarrollada por la Fundación Hidrógeno Aragón, combina arquitectura pasiva con tecnología puntera en hidrógeno.

La Fundación Hidrógeno de Aragón impulsa el galardonado proyecto LIFE ZEROENERGYMOD.

Detrás de este desafío están también B-Haus, expertos en construcción passivhaus, y ARPA EMC, con experiencia en estructuras móviles de uso militar o sanitario. Juntos han levantado una vivienda de emergencia autosuficiente, capaz de generar y almacenar su propia energía sin emitir gases contaminantes.

En cifras, el sistema ha generado más de 15.000 kWh en estos años, completamente a partir de energías limpias, evitando el consumo de 17.000 litros de diésel. Esto ha supuesto frenar la liberación de 45 toneladas de CO₂ y 0,6 toneladas de óxidos de nitrógeno. Todo eso en una estructura móvil pensada para desplegarse donde más se necesita.

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No se trata sólo de un prototipo: es un nuevo enfoque para situaciones reales. Ya se contempla su aplicación en zonas sin red, misiones militares, instalaciones temporales, hospitales de campaña e incluso operaciones de ayuda humanitaria en entornos extremos.

Fundación Hidrógeno Aragón apuesta por la construcción modular y sostenible

El proyecto, que responde al nombre Life Zero Energy Mod, forma parte del programa europeo LIFE, centrado en innovación ambiental. Aunque se presenta como una solución temporal, sus aplicaciones trascienden esa definición, mostrando que es viable una nueva forma de entender la vivienda: móvil, sostenible y autosuficiente.

Lo interesante es que esta arquitectura no sólo se basa en eficiencia energética: también mejora el confort interior. Las soluciones pasivas mantienen temperaturas agradables sin recurrir a aire acondicionado o calefacción intensiva. A eso se suma la autonomía energética, gracias al uso del hidrógeno como el elemento energético esencial.

Hidrógeno verde Ignis

La eficiencia del sistema ha sido reconocida públicamente. Durante una jornada celebrada en Zaragoza, bajo el título “Arquitectura sostenible y renovables: el futuro con energía propia”, se presentaron los logros del proyecto ante profesionales del sector, instituciones públicas y medios de comunicación.

El evento, que tuvo lugar en el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza, también sirvió para premiar esta iniciativa por su aportación a una construcción más limpia y avanzada, con participación de figuras como Mar Paños, directora general de Promoción Industrial e Innovación del Gobierno de Aragón.

Hidrógeno: de promesa a solución tangible

Aunque durante años se ha hablado del hidrógeno como una alternativa limpia, este proyecto lo lleva al terreno de lo concreto. Se ha comprobado que se puede alimentar una vivienda completa, sin necesidad de estar conectado a la red eléctrica o a un generador externo.

El sistema de la Fundación Hidrógeno Aragón utiliza electrolizadores que generan hidrógeno a partir de energía solar, que luego se almacena y se convierte en electricidad cuando se necesita. Este proceso, completamente silencioso y sin emisiones, se ha consolidado como una alternativa realista para climas extremos, catástrofes naturales o zonas de difícil acceso.

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Este avance representa una mejora tecnológica y una solución para mejorar la vida de personas desplazadas, zonas rurales desatendidas o contextos donde lo urgente es sobrevivir sin infraestructura básica. El modelo es replicable y ampliable, y está listo para ser desarrollado.

Desde Aragón, se lanza así una señal clara al resto de Europa: no hace falta esperar décadas para actuar. La tecnología ya está lista, y sólo hace falta voluntad para ponerla en marcha. Como se dijo en la jornada: “El futuro con energía propia ya ha empezado”.

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