Con una población que apenas supera los 3.500 habitantes, Humilladero, en el corazón de Málaga, se prepara para un cambio de rumbo radical: de la tranquilidad rural a la vanguardia industrial. Dos iniciativas empresariales ligadas al sector energético verde lo colocan ahora en el radar económico europeo.
“La Junta declara de interés estratégico los proyectos Hygreen y Sermatec en Humilladero”, una decisión que acelera trámites, incentiva la inversión y pone al pequeño municipio malagueño en el mapa del futuro energético.
La empresa Hygreen Energy Developments ha diseñado una ambiciosa instalación que se levantará en Humilladero y que se dedicará a fabricar electrolizadores de última generación. Estos dispositivos son esenciales para obtener hidrógeno limpio a partir de electricidad renovable, lo que marca una apuesta decidida por tecnologías sin emisiones.
Imagen: Depositphotos
La planta implicará un desembolso inicial de más de 78 millones de euros y está pensada para crear unos 168 puestos de trabajo directos en su fase inicial. La cifra podría multiplicarse por tres en los cinco años posteriores al arranque, hasta superar el medio millar de empleos. Este horizonte convierte a la planta en un nodo tecnológico y en un motor económico local.
Se espera que las infraestructuras estén plenamente operativas antes de 2028, siguiendo un calendario ya aprobado por las autoridades. El visto bueno del Gobierno andaluz permite ahora agilizar procesos administrativos y técnicos que, de otro modo, podrían alargarse innecesariamente. Además del impacto directo, se proyecta un efecto tractor sobre otras industrias auxiliares, como proveedores de componentes, logística o mantenimiento, que podrían instalarse en la zona para nutrir de servicios al nuevo complejo.
El segundo gran proyecto en Humilladero se centra en el almacenamiento de energía eléctrica, una de las piezas clave para consolidar la transición energética. Andalucía Sermatec Energy será la encargada de levantar una fábrica especializada en baterías de fosfato de hierro y litio (LFP), una tecnología cada vez más utilizada por su seguridad, coste competitivo y duración.
Con una capacidad de producción anual estimada en 5 GWh, la instalación será una de las mayores de Europa en su tipo. La inversión proyectada roza los 74 millones de euros y arrancará generando casi 200 empleos directos, que podrían llegar hasta los 1.000 con la planta a pleno rendimiento.
Su localización dentro del Parque de Nuevas Tecnologías de Humilladero garantiza conectividad y espacio para expansión futura. Además, su desarrollo contribuye a la soberanía energética de Europa, al reducir la dependencia de proveedores asiáticos y acercar la cadena de suministro al territorio nacional. Este tipo de factorías son esenciales para sectores como el transporte eléctrico, las renovables o la industria electrónica, y su instalación en Andalucía abre la puerta a nuevas alianzas tecnológicas e industriales a nivel internacional.
Ambos proyectos han recibido la calificación de “inversión empresarial de interés estratégico”, lo que activa un marco especial diseñado por la Junta para acelerar tramitaciones y eliminar cuellos de botella burocráticos. Esta figura, recogida en el Decreto ley 4/2019, otorga prioridad a las iniciativas con fuerte impacto económico y social.
Gracias a esta calificación, los plazos administrativos se reducirán drásticamente y se pondrán en marcha mecanismos de coordinación entre consejerías, bajo la figura de la Unidad Aceleradora de Proyectos (UAP). Esta unidad tiene como objetivo principal facilitar la llegada de grandes inversiones privadas al territorio andaluz.
La vigencia del estatus especial se mantiene hasta finales de 2027, tiempo suficiente para que ambas iniciativas completen sus respectivas fases de desarrollo y consolidación. En paralelo, se abre una ventana para que otros inversores sigan su ejemplo y apuesten por asentarse en Andalucía.
La ubicación estratégica de Humilladero, conectada por carretera y próxima a importantes nodos logísticos, también juega a favor. Su transformación de pueblo agrícola a enclave industrial verde es un ejemplo de cómo la transición energética puede generar oportunidades reales para el territorio.
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