La Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos, ANFFECC, ha comunicado nuevos avances hacia la descarbonización de la producción de fritas cerámicas. En concreto, las primeras pruebas de introducción de hidrógeno en el horno realizadas en el proyecto piloto H2frit han concluido con éxito y siendo satisfactorias para las partes implicadas.
El proyecto H2frit es una iniciativa que llevan a cabo Esmalglass, bp, ITC-AICE y Carburos Metálicos (Grupo Air Products), acompañando a ANFFECC en este proyecto piloto, orientado a la descarbonización del sector
Después de varios meses dedicados a la planificación, la ingeniería para la adaptación tecnológica del proceso productivo, la definición de la metodología de ensayos y la instalación del equipamiento en la planta, en septiembre comenzaron las primeras pruebas de introducción de H2 en el horno piloto de producción de fritas. Con anterioridad, se llevó a cabo una selección de las fritas a probar y de los materiales refractarios a analizar.
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Las pruebas iniciales llevadas a cabo han consistido en la realización de los primeros ensayos de introducción de hidrógeno en el horno con el nuevo quemador. Concretamente, se ha comenzado con un volumen del 0% de hidrógeno, aumentando dicho volumen progresivamente para pasar al 20%, 50%, 75% y por último, al 100%.
Como resultado de los primeros ensayos, se ha constatado que la modificación del combustible en el horno, en las condiciones de ensayo utilizadas, no produce cambios notables en el comportamiento en fusión de la mezcla de materias primas por el momento. Tampoco se han observado modificaciones en los estándares de calidad referentes a las fritas ni en las propiedades de los vidriados obtenidos.
Para Manuel Breva, secretario general de ANFFECC, “son aún ensayos preliminares, y habrá que esperar al desarrollo completo del proyecto, pero los primeros indicios dan muestras de que producir fritas cerámicas con H2 sería viable técnicamente. Otra cosa es la viabilidad real, que dependerá de muchos factores, como la garantía de producción y suministro suficiente y estable, y el precio que se consiga”.
Desde ANFFECC se incide así en “la necesidad de un desarrollo de infraestructuras y de un marco regulatorio que permita una transición energética sostenible y en unos plazos razonables para la industria. La sostenibilidad ineludiblemente pasa por el factor rentabilidad, tema especialmente sensible en un momento como este, en el que está muy mermada por la caída de la demanda y producción que atraviesa el sector”.
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