• En 2025, el hidrógeno verde está dejando de ser una promesa para convertirse en parte activa del presente energético, con España como uno de los protagonistas del mapa mundial
  • El desarrollo de esta fuente limpia acelera su paso entre apoyos públicos, tecnología en evolución y necesidades industriales que no pueden esperar.
  • El tren del futuro arranca en León con el hidrógeno verde como motor

La idea de producir energía sin dejar una huella de carbono es cada vez menos una aspiración futura y más una realidad en construcción. El hidrógeno verde, impulsado por fuentes renovables, está ganando peso en un momento fundamental para la transformación energética mundial.

Y el año 2025 parece ser el punto de giro que muchos anticipaban. Desde centros industriales hasta zonas despobladas que buscan nueva vida, este vector energético está empezando a generar actividad, inversiones y sobre todo, expectativas concretas.

¿Qué es y cómo se genera el hidrógeno verde?

El hidrógeno verde nace de un proceso que separa el hidrógeno del agua usando electricidad (electrólisis) proveniente de fuentes como el sol o el viento. Esta técnica permite obtener energía sin emitir gases nocivos, a diferencia de métodos que utilizan carbón o gas natural. Su valor radica en que puede aplicarse en sectores donde electrificar es complejo: transporte de mercancías por carretera, procesos industriales intensivos o incluso la aviación. La posibilidad de almacenar energía renovable en forma de hidrógeno también lo convierte en una pieza estratégica.

hidrógeno verde Andalucía

Sin embargo, los costes siguen siendo su mayor obstáculo. Producirlo todavía resulta más caro que recurrir a opciones contaminantes. Aunque se espera que esto cambie con el tiempo, por ahora el debate sigue abierto: ¿será viable a corto plazo o se necesita más impulso político y tecnológico?

Mientras tanto, su potencial lo mantiene en el centro del debate energético mundial, con laboratorios, gobiernos y empresas buscando maneras de reducir el precio por kilo y hacer que compita de tú a tú con los combustibles tradicionales.

Los Valles del Hidrógeno Verde en España: proyectos que ya caminan

En el mapa español han empezado a tomar forma los llamados “Valles del Hidrógeno”. Se trata de espacios geográficos donde se agrupan instalaciones para producir, distribuir y consumir este gas de forma limpia.

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Algunos de estos puntos de partida se ubican en lugares como Andorra (Teruel), Cubillos del Sil y La Robla (León), o Palos de la Frontera (Huelva). El objetivo: fomentar un ecosistema local donde el hidrógeno pueda ser parte del día a día de industrias y medios de transporte.

Empresas como Cepsa, Iberdrola, Repsol o Enagás están liderando estas iniciativas, muchas veces en colaboración con instituciones públicas. La idea es clara: facilitar una transición energética no sólo viable, también rentable para los territorios involucrados. Este tipo de clúster permite también captar fondos europeos y atraer inversión internacional. De paso, ofrecen una vía de desarrollo para zonas rurales o en declive económico, lo que suma una capa social al proyecto energético.

Apoyo institucional: las cifras que están moviendo el tablero

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) ya se han distribuido más de 1.200 millones de euros para financiar siete grandes proyectos de hidrógeno en España. Estos fondos vienen de la Unión Europea y se canalizan a través de los programas NextGenEU.

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Las comunidades que más recursos han recibido son Aragón, Andalucía, Castilla y León, Cataluña y Galicia. En total, se ha asignado ayuda a proyectos que superan los 100 MW de capacidad de producción, una cifra que indica que ya se piensa a escala industrial. Además, varias de las iniciativas se desarrollan en zonas con baja densidad de población, lo que añade un componente estratégico: revitalizar territorios a través de tecnologías verdes. Una apuesta doble: por la sostenibilidad y por la cohesión territorial.

El respaldo público no solamente se traduce en dinero. También hay un esfuerzo regulador y técnico para facilitar licencias, normativas y conexión a redes eléctricas. Sin este entorno favorable, muchos de estos proyectos simplemente no despegarían.

El hidrógeno verde a nivel mundial

Fuera de nuestras fronteras, el hidrógeno verde también está cogiendo fuerza. Alemania y Japón siguen liderando inversiones en infraestructura, mientras que Corea del Sur experimenta con nuevos métodos de producción que incluso reutilizan aguas residuales.

Hidrógeno verde

Chile y Australia, por su parte, aprovechan sus ventajas naturales: viento y sol en abundancia. Allí, ya están levantando plantas que, en pocos años, podrían exportar hidrógeno a otros continentes. La idea es generar donde hay energía limpia barata y transportar a donde se necesita. En el caso de Europa, se están explorando modelos híbridos, como las plantas de electrólisis flotantes alimentadas por paneles solares sobre agua, una novedad que reduce costes y el impacto en el suelo.

El reto común para todos sigue siendo el mismo: cómo almacenar y transportar este gas de forma eficiente y asequible. Pero, a diferencia de hace unos años, el compromiso ya no está sólo en el discurso. Ahora, el hidrógeno verde se está fabricando, probando y usando.