Nuevas investigaciones realizadas por la Universidad de Harvard han dejado al descubierto un grave problema del hidrógeno verde. Y es que los cálculos más habituales han subestimado los altos costes asociados a su almacenamiento y distribución, una parte fundamental para su desarrollo en distintos sectores.
Según un estudio publicado en la revista Joule, los precios del hidrógeno producido con fuentes de energía renovable van a seguir siendo elevados. Aunque este combustible es vital para la descarbonización de ciertos sectores, su viabilidad económica está siendo cuestionada por los altos costes que implica.
Retos en el transporte y almacenamiento del hidrógeno
El hidrógeno verde se presenta como una prometedora solución para descarbonizar sectores como la industria pesada, el transporte y el almacenamiento de energía a largo plazo. Se espera que el precio de este combustible disminuya a medida que aumente su producción, ya que se obtiene a partir de agua mediante el uso de energías renovables, posicionándose como un reemplazo limpio de los combustibles fósiles.
Sin embargo, el informe realizado por Harvard destaca que muchas evaluaciones ignoran los costes reales de almacenamiento y distribución, que varían considerablemente según el uso final del hidrógeno en cada sector. Estos gastos adicionales podrían limitar significativamente su adopción.
El coste prohibitivo del hidrógeno
El estudio de la Universidad de Harvard revela que, con los precios actuales y las proyecciones a futuro, hoy por hoy el hidrógeno verde es una opción extremadamente costosa para reducir las emisiones de carbono. Los investigadores concluyen que, en muchos casos, el coste de adoptar esta tecnología supera el de eliminar directamente el dióxido de carbono de la atmósfera.
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«El coste de reducir las emisiones con hidrógeno verde oscila entre los 500 y los 1.250 dólares por tonelada de CO2 eliminada, lo que lo convierte en una estrategia prohibitiva para muchos sectores», señalan los investigadores en su análisis.
Aunque el coste de producción se redujera a 2 dólares por kilogramo, como predicen algunos cálculos optimistas, los costes adicionales de transporte y almacenamiento seguirían impidiendo que este combustible sea competitivo en una amplia gama de sectores”, afirma Roxana Shafiee, investigadora de la Universidad de Harvard y autora principal del estudio. «Nuestros hallazgos desafían la creciente creencia de que el hidrógeno será una solución universal para la descarbonización», concluye.
Nuevas alternativas y enfoques
Al analizar el coste de reducir emisiones mediante el uso de hidrógeno verde en diversos sectores de la economía estadounidense, los autores del estudio subrayan la necesidad urgente de continuar explorando otras estrategias de descarbonización que aún están en fases tempranas de desarrollo. Igualmente, abogan por innovar en las tecnologías que permitan un almacenamiento y distribución más eficiente del hidrógeno.
«Esto no implica que el hidrógeno verde no tenga un papel en el futuro energético con bajas emisiones de carbono«, indica Daniel Schrag, coautor del estudio y profesor en Harvard. «Todas las soluciones, desde los biocombustibles hasta la electrificación, presentan desafíos logísticos y económicos. En esta etapa temprana de la descarbonización, debemos mantener una diversidad de estrategias y no apostar todo a una sola, especialmente cuando sigue siendo tan costosa».
Este análisis refuerza la necesidad de un enfoque más amplio en la transición energética, en lugar de depender exclusivamente del hidrógeno verde como la solución definitiva para reducir las emisiones de carbono a nivel global.