La propuesta de construir una planta de hidrógeno verde en Baltanás, propuesta por Green Capital Development SL, ha encendido el debate en esta zona de Palencia. Lo que se presenta como una apuesta por la energía limpia ha despertado una fuerte contestación por parte de Ecologistas en Acción, que denuncia posibles efectos sobre la salud, el medio ambiente y la economía local.

El plan contempla producir grandes volúmenes de hidrógeno destinados a generar 156.000 toneladas de amoniaco al año. Sin embargo, el colectivo ecologista advierte que el proceso industrial no está exento de riesgos, especialmente por las emisiones y el manejo de sustancias que podrían liberar contaminantes al aire.

Según su comunicado, los gases derivados del proceso podrían alcanzar zonas cercanas al casco urbano, situado a unos seiscientos metros, con el consiguiente riesgo de exposición a compuestos como el nitrógeno y el amoniaco. “El núcleo urbano de Baltanás, a 600 metros de distancia, quedará expuesto de manera directa a las emisiones de compuestos de nitrógeno, amoniaco y otros productos que afectarán de forma directa sobre el aire que respirarán los vecinos de Baltanás y del resto de la zona afectada por la planta…”, recoge el texto del colectivo.

Riesgos por el hidrógeno verde en Baltanás como en otras provincias

El comunicado recuerda que en otros puntos de España se han producido incidentes relacionados con el amoniaco, algunos de ellos con episodios de confinamiento o alerta sanitaria. “El escape de amoniaco es una amenaza real que ha provocado en los últimos años episodios de alerta y confinamiento en las provincias de Lugo, Tarragona, Barcelona, Ciudad Real y, la más reciente, en Plaza (Zaragoza)”, advierten los ecologistas.

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El problema, explican, no se limita a la salud pública: la presencia de este gas en altas concentraciones podría perjudicar también a las actividades industriales del entorno. En Baltanás, la fábrica de quesos, una de las principales referencias económicas locales, podría verse afectada por el impacto del amoniaco sobre los sensores que controlan las condiciones de humedad y temperatura necesarias para su producción.

El colectivo añade que este tipo de emisiones en la futura planta de hidrógeno verde en Baltanás puede alterar la calidad final de los productos lácteos y poner en riesgo la reputación de una marca ligada a la tradición artesanal del Cerrato. Además, advierten que la contaminación atmosférica y los olores derivados del proceso industrial podrían incidir de forma negativa en la imagen turística del municipio.

Turismo rural y proyectos locales, en el punto de mira

Para Ecologistas en Acción, el discurso oficial que vincula la planta con el desarrollo económico no contempla las consecuencias a largo plazo. Aseguran que la iniciativa “carece de una visión más amplia que englobe todas las variables de instalar una empresa cuya actividad, con riesgo para la salud y provocando contaminación ambiental, puede restar valor a los proyectos que ya están en funcionamiento en esa zona del Cerrato”.

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El municipio lleva años apostando por revitalizar su entorno con iniciativas turísticas y gastronómicas. La recuperación del barrio de las bodegas, por ejemplo, se ha convertido en uno de los símbolos de esa transformación. Sin embargo, el colectivo teme que la instalación de la planta altere el equilibrio logrado. “El proyecto estrella del Ayuntamiento de Baltanás, la recuperación del barrio de las bodegas, puede verse seriamente comprometido si el olor de la fábrica de amoniaco acompaña las actividades que allí se realicen”, advierten.

Restaurantes, casas rurales y pequeñas empresas de la zona podrían sufrir el impacto de una posible pérdida de atractivo turístico. En un territorio que depende en buena parte de la identidad rural y el paisaje, los olores industriales o la contaminación visual se perciben como un retroceso difícil de revertir.

El agua, otro conflicto por el hidrógeno verde en Baltanás

El consumo de agua asociado al proyecto ha abierto un nuevo capítulo en la controversia. Según los datos difundidos por los ecologistas, la planta de hidrógeno verde en Baltanás requeriría 350.000 metros cúbicos de agua al año, lo que equivale a extraer un millón de litros diarios de los acuíferos locales. Esa cantidad, sostienen, podría tensionar los recursos hídricos y reducir la disponibilidad de agua para el abastecimiento humano, la agricultura y la ganadería.

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“No sólo la contaminación puede comprometer el futuro de la comarca. El consumo de agua, que sería de 350.000 metros cúbicos al año, necesitaría la extracción de un millón de litros de agua al día de los acuíferos…”, señala el comunicado. Además, Ecologistas en Acción insta a la Confederación Hidrográfica del Duero a mantener su negativa a conceder el uso de aguas subterráneas al promotor del proyecto.

La entidad recuerda que en junio de este año se archivó el expediente de concesión por falta de documentación, aunque Green Capital Development habría presentado un recurso de reposición. Los ecologistas confían en que este recurso sea desestimado y se cierre definitivamente el proceso.