Extremadura se posiciona: no quiere ser una simple espectadora en el cambio energético que Europa ya lidera. A las puertas de una nueva era energética, la comunidad autónoma extremeña alza la voz para pedir claridad y no quedarse atrás. El hidrógeno verde es una de las claves del futuro inmediato, y en este mapa, el suroeste español quiere marcar su sitio. Así lo reclama el Clúster de la Energía de Extremadura, que acaba de celebrar su asamblea general en Mérida con un mensaje claro: hacen falta normas estables para atraer inversiones y consolidar el trabajo ya iniciado.
Este clúster, con casi dos décadas a sus espaldas, agrupa a más de 60 empresas que apuestan por un modelo energético más limpio basado en energía fotovoltaica, biomasa, biogás y, ahora, el prometedor hidrógeno verde. Pero sin seguridad jurídica, advierten, el crecimiento podría frenarse antes de despegar del todo.
Aprovechar el “corredor del hidrógeno” que cruzará Extremadura es una de las grandes metas del sector energético autonómico. Esta infraestructura, de carácter estratégico para la descarbonización de Europa, promete atraer inversiones millonarias y situar a la comunidad extremeña como un nodo relevante. Pero para subirse a ese tren, hacen falta decisiones rápidas.
“Ahí es donde tenemos que incidir para poder conectarnos a esa red… Tenemos que llegar a ese negocio antes de que la tubería se llene”. Con esta frase, el presidente del Clúster, Vicente Sánchez, sintetiza la urgencia. España aún va rezagada frente a otros países del entorno europeo, y Extremadura no quiere quedar fuera.
El problema, según los actores implicados, no es la falta de potencial, sino la ausencia de un marco regulador estable y definido. Las empresas necesitan saber a qué atenerse si van a arriesgar capital en proyectos de larga duración.
En esa línea, se ha creado la Mesa del Hidrógeno, con participación de instituciones públicas y privadas, para coordinar esfuerzos. La clave ahora está en acelerar las decisiones y garantizar que las normas acompañen el ritmo que demanda el sector.
Mientras se resuelven las cuestiones legislativas, el Clúster de la Energía y la Junta de Extremadura apuestan por preparar a la población para el nuevo contexto. Está en marcha un plan de formación que llegará a unas 1.700 personas, entre profesionales en activo y personas en paro.
Según explicó la secretaria general de Empleo, María José Nevado, la idea es cubrir la falta de perfiles técnicos detectada en el sector, desde operarios especializados hasta cargos de responsabilidad que requieren manejo de herramientas como la inteligencia artificial. “Surge tras detectar la carencia de algunos perfiles profesionales”, explicó.
Deutz Spain inaugura la primera planta de hidrógeno verde de Extremadura
Esta formación se concibe como un trampolín hacia el empleo de calidad. Y no sólo responde a una necesidad inmediata de las empresas, también busca ofrecer una alternativa laboral sólida a quienes buscan reciclarse profesionalmente o acceder por primera vez al sector.
El Ayuntamiento de Mérida también ha mostrado su respaldo, ofreciendo recursos y colaboración institucional para que este ecosistema energético se consolide y tenga proyección tanto autonómica como nacional.
Otro de los puntos clave que arrastra el sector es la gestión de subvenciones públicas. Según la directora general de Industria, Energía y Minas, Raquel Pastor, aún quedan miles de expedientes por resolver, muchos heredados de la anterior administración. De los 11.500 iniciales, aún quedan 4.000 por cerrar, y 1.100 están actualmente en fase de análisis.
Resolver este atasco es prioritario para no frenar proyectos que dependen directamente de esa financiación. La administración autonómica ha anunciado que trabaja en nuevas líneas de ayudas que impulsen la innovación y las infraestructuras necesarias para que la transición energética sea una realidad.
Además, se han iniciado conversaciones con Enagás, la empresa encargada de gestionar la red troncal de hidrógeno, para seguir de cerca los avances e influir en las decisiones que afecten directamente al territorio extremeño. Todo apunta a que el hidrógeno será uno de los pilares del nuevo modelo energético europeo. La clave está en moverse a tiempo. Y para Extremadura, eso pasa por contar con reglas claras, agilidad institucional y una ciudadanía preparada para liderar el cambio desde dentro.
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