La carrera del hidrógeno verde ha comenzado y puede convertirse en una palanca geopolítica clave. Incluso redefinir las alianzas geopolíticas entre países. Como ejemplo, India y EEUU han puesto en marcha el grupo de trabajo sobre hidrógeno en el marco de su Strategic Clean Energy Partnership (SCEP). Es parte del análisis de NEWS18, el canal de noticias.
Según NEWS18, La emergencia climática y las acciones para contrarrestarla se configuran como un tema global importante para las próximas décadas. No sólo es un problema de preservar el planeta, sino de la sostenibilidad industrial y económica a largo plazo.
La competencia entre países, el acceso a la tecnología, los recursos naturales y el capital humano necesarios para lograrlo será una palanca geopolítica clave.
Cada región tiene su propio conjunto de fortalezas y prioridades estratégicas. En un mundo descarbonizado, los países y las empresas con tecnologías para permitir este cambio a ritmo y escala pueden tener una ventaja competitiva relativa. Algo similar a la forma en que el acceso a recursos como el carbón y el petróleo dio forma al siglo XX industrializado.
El hidrógeno es un vector energético crítico en el camino hacia la descarbonización y para reducir la dependencia energética de los combustibles fósiles. Y, actualmente, está a la vanguardia del panorama energético mundial.
El hidrógeno se ha promocionado como el «combustible del futuro» desde la década de 1970. Sin embargo, el hidrógeno verde (producido mediante energía renovable y electrólisis) es el que ahora disfruta de un mayor impulso político y empresarial.
El impulso procede de: el aumento de los objetivos de emisiones cero; los avances en I + D y tecnología; las reducciones significativas en el coste de producción de energía renovable; diferentes países desarrollando estrategias nacionales de hidrógeno; y empresas privadas que invierten en el desarrollo de proyectos relacionados con el hidrógeno.
El nivel actual de interés en el hidrógeno no tiene precedentes. En parte es consecuencia de la gran cantidad de usos posibles que se están explorando. Entre ellos: el transporte (para vehículos pesados a corto plazo y marinos y de aviación a largo plazo); la generación de energía; el almacenamiento de energía; el uso industrial (fabricación, producción de hierro y acero, sector químico, refino de petróleo); el uso en el sector de la construcción (calefacción y refrigeración); y la exportación de energía.
Contemplando la amplia gama de aplicaciones de este combustible, el hidrógeno verde está destinado a dominar cada vez más los sistemas de suministro de energía.
El Consejo del Hidrógeno estimó que el hidrógeno puede desbloquear el 15% de la demanda mundial de energía para 2030. Pero si tiene un precio de US $ 1,80 por kg.
Según Bloomberg, el hidrógeno podría satisfacer el 24% de la demanda mundial de energía para 2050 si está en vigor una política sólida e integral. Algo que influirá en gran medida en el panorama geopolítico.
La economía del hidrógeno tiene el potencial de mejorar la seguridad energética, diversificar la economía e impactar en la situación geopolítica. A largo plazo, es probable que esta transición altere no solo el negocio de la energía, sino también la dinámica geopolítica. El comercio transfronterizo de hidrógeno puede rediseñar sustancialmente el panorama del comercio mundial de energía; desarrollar una nueva clase de exportadores e importadores de energía; y redefinir los lazos geopolíticos y las alianzas entre países.
Lo más probable es que la economía mundial del hidrógeno esté determinada por el comercio de hidrógeno verde, sobre la base de ventajas comparativas. Como resultado, incluso si un país tiene la capacidad de fabricar hidrógeno a partir de fuentes locales, optará por beneficiarse del comercio internacional. Por estas razones, esta economía futura probablemente creará una nueva clase de países importadores y exportadores. Es muy probable que los países asuman roles específicos basados en sus niveles de dotación de recursos, potencial de infraestructura y liderazgo tecnológico.
La economía del hidrógeno también fomentará nuevos acuerdos internacionales sobre el comercio de hidrógeno. Se instará a los países a formar nuevas alianzas, desarrollar asociaciones sobre el comercio de hidrógeno y construir redes regionales y trans-regionales.
Varios países ya se han involucrado en la llamada diplomacia del hidrógeno, explorando la perspectiva del comercio de hidrógeno a gran escala. Un ejemplo es el grupo de trabajo sobre hidrógeno lanzado por India y EEUU hidrógeno en el marco de su Strategic Clean Energy Partnership (SCEP).
El hidrógeno también brinda la posibilidad de igualar la energía entre países al establecer un sistema energético global más disperso y, por lo tanto, democrático. Esta transición energética tiene el potencial de reducir la dependencia energética de los países ricos en combustibles fósiles, alterando las alianzas tradicionales.
Sin embargo, eventualmente, la combinación energética futura dictará una redefinición de las relaciones energéticas, comerciales y geopolíticas. Dos factores serán fundamentales en cuanto a la influencia del hidrógeno en el futuro sistema energético: ¿Cuánto hidrógeno necesitará la humanidad en las próximas décadas? ¿Qué proporción se intercambiará entre países?
El tamaño y el alcance de ese mercado aún se desconocen, pero la carrera del hidrógeno verde está claramente en marcha. Aunque las inversiones en tecnologías y proyectos de hidrógeno verde han aumentado durante la última década, el desafío de los costes persiste.
En relación con ello, y para competir con los combustibles fósiles, el hidrógeno verde debe avanzar un largo trecho. Aún no es competitivo en costes con la producción basada en combustibles fósiles. Cuesta entre alrededor de US $ 3/kg y US $ 6,55/kg. El hidrógeno de origen fósil cuesta alrededor de US $ 1,80/kg; el hidrógeno azul, basado en gas natural y metano, cuesta alrededor de US $ 2,40/kg.
La competitividad de los costes de producción y el despliegue de infraestructura a escala serán los determinantes clave de la tasa de crecimiento global del hidrógeno. La tecnología, la disponibilidad de infraestructura habilitante y las estructuras de mercado futuras determinarán si los mercados de hidrógeno verde están tan concentrados geográficamente como los mercados de petróleo actuales o tan descentralizados como las energías renovables. Todas estas variables, cuando se combinan, determinarán cómo la evolución de la economía del hidrógeno verde será una palanca geopolítica.
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