En un reciente informe, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ha lanzado un aviso. Avisa de que, aunque diversas naciones en desarrollo están implementando estrategias enfocadas en la exportación de hidrógeno verde, impulsadas por varios acuerdos de colaboración, no existe una garantía absoluta de que el mercado global de este recurso crezca al ritmo previsto.
La agencia advierte que algunos factores como las fluctuaciones geopolíticas, las incertidumbres regulatorias o la aparición de tecnologías alternativas podrían influir significativamente en la demanda efectiva. Y, por lo tanto, en la expansión de las exportaciones de hidrógeno verde.
El estudio de la IRENA señala que las proyecciones sobre la importación de hidrógeno suelen estar basadas en una visión tradicional, que tiende a mantener las actuales relaciones económicas globales, donde las industrias del norte se abastecen de recursos provenientes del sur.
En este sentido, si estos pronósticos no se concretan como se anticipaba, las exportaciones de hidrógeno podrían no alcanzar los niveles esperados. Ello conllevaría una falta de los ingresos proyectados y una disminución en las inversiones necesarias para impulsar el sector. Como resultado, la implementación de la estrategia de hidrógeno podría quedar paralizada.
El informe también destaca que, en el caso de Marruecos, la estrategia nacional en torno al hidrógeno verde reconoce que para poder comenzar a exportar este recurso, es esencial realizar inversiones sustanciales en infraestructuras clave. Esto incluye la construcción de gasoductos y estaciones de servicio para hidrógeno verde, la modernización del gasoducto Magreb-Europa y la expansión de las instalaciones portuarias existentes.
El informe de IRENA advierte sobre un riesgo clave: al priorizar la satisfacción de demandas internacionales específicas, los países en desarrollo podrían pasar por alto la exploración de mercados domésticos o regionales. También podrían ignorar la oportunidad de fomentar la innovación tecnológica y generar valor dentro de sus propias fronteras.
El documento menciona a Marruecos y Namibia como potenciales protagonistas en el ámbito de las energías renovables, con grandes aspiraciones para exportar hidrógeno verde. Sin embargo, aunque esta transición ofrece grandes oportunidades, es fundamental planificar cuidadosamente para evitar que los proyectos de hidrógeno verde desvíen tanto capital financiero como político. Esto perjudicaría la descarbonización de sectores energéticos locales o desaprovecharía oportunidades para mejorar el acceso a la energía.
Saïd Guemra, experto en gestión energética, coincide con este análisis. Subraya que los proyectos de hidrógeno, debido a su elevada necesidad de capital, pueden desviar recursos vitales que podrían haberse utilizado para descarbonizar sectores de manera más eficiente, mediante energías renovables y mejoras en la eficiencia energética. Según Guemra, la producción de hidrógeno debe ser una etapa final en el proceso de descarbonización.
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