- La falta de un socio privado amenaza la construcción de una planta de hidrógeno en la Ciudad Agroalimentaria de Tudela.
- El Gobierno de Navarra busca alternativas para salvar el proyecto estratégico de energías limpias en Tudela.
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El proyecto de construcción de una planta de hidrógeno verde en la Ciudad Agroalimentaria de Tudela (CAT) se enfrenta ahora mismo a un serio obstáculo. Y es que la falta de un socio privado ha puesto en jaque la ejecución de esta iniciativa esencial para el desarrollo energético sostenible en Navarra. A pesar de todos los esfuerzos del Ejecutivo foral, la falta de interés del sector privado amenaza con paralizar la inversión y comprometer una importante subvención europea.
El Gobierno de Navarra ha intentado ya en dos ocasiones atraer a un inversor para formar una sociedad mixta que impulse la planta, pero ambas convocatorias han quedado desiertas. Esto ha generado incertidumbre sobre el destino de los 2,8 millones de euros concedidos por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), fondos esenciales para cubrir una parte de los costes del proyecto.
Un desafío sin solución a la vista en Tudela
Desde el Ejecutivo navarro se ha reconocido la complejidad de la situación actual. El consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital, Juan Luis García, ha explicado que, tras dos intentos fallidos en 2023 y 2024, la administración ha llegado a la conclusión de que la fórmula de colaboración público-privada no resulta nada atractiva en el actual contexto energético.
Ante esta situación, las autoridades forales siguen explorando alternativas que permitan materializar la iniciativa dentro de la CAT. Sin embargo, la falta de un inversor estratégico podría suponer un duro golpe para los planes de convertir a Tudela en un referente en energías renovables.
El problema no sólo radica en encontrar financiación, también en cumplir con los requisitos establecidos por el IDAE para garantizar la recepción de la ayuda europea. Sin la conformación de una empresa mixta, la viabilidad del proyecto se tambalea, y con ella, la oportunidad de impulsar la transición energética en la Comunidad Foral de Navarra.
¿Se perderán los fondos europeos?
Uno de los mayores riesgos que debe afrontar el proyecto es la posible pérdida de la subvención de 2,8 millones de euros, procedente de fondos europeos. Estos recursos, destinados a cubrir parte de los 10 millones necesarios para la construcción de la planta de Tudela, dependen de la formación de una sociedad mixta, algo que hasta ahora no ha sido posible.
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El IDAE ha sido informado de cada paso que se ha dado para salvar la iniciativa. Desde el Gobierno de Navarra insisten en que siguen trabajando activamente para encontrar soluciones que permitan mantener viva la propuesta. Aun así, la incertidumbre crece y la posibilidad de que se pierda esta financiación es ya una preocupación real.
El Ejecutivo foral defiende que no ha permanecido inactivo y que está haciendo todo lo posible para que la CAT continúe siendo un referente industrial en Tudela. Sin embargo, sin la implicación del sector privado, el futuro del proyecto sigue siendo incierto.
Críticas y dudas sobre la gestión en Tudela
Las dificultades para encontrar un socio han generado críticas desde la oposición. El portavoz del grupo UPN en el Parlamento de Navarra, Ángel Ansa, calificó la situación como preocupante y advirtió sobre el peligro de perder los fondos europeos asignados.
Ansa recordó que en febrero de 2023, durante la campaña electoral, el Gobierno organizó un acto en la CAT donde presentó el proyecto con gran entusiasmo. En aquel momento, se anunció que la planta sería la primera de su tipo en Navarra y que proporcionaría energía limpia tanto a las empresas de la CAT como a otras industrias de la comarca de la Ribera.
Sin embargo, casi dos años después, el proyecto sigue sin concretarse y las expectativas creadas han quedado en entredicho. Desde la oposición se acusa al Ejecutivo de haber generado falsas esperanzas sin que contase con una planificación realista para su desarrollo.
Un proyecto estratégico en la cuerda floja
Más allá de la polémica política, lo cierto es que la planta de hidrógeno verde en Tudela representa una oportunidad fundamental para avanzar en la descarbonización y en el desarrollo de energías limpias en Navarra. Su construcción prometía generar empleo, con 14 puestos de trabajo directos una vez en funcionamiento y 46 durante la fase de obras.
Sin embargo, la falta de un socio privado ha puesto en peligro la inversión y el impacto positivo que este proyecto podría tener en la economía local y en la transición energética de la región.
Las próximas semanas serán vitales para determinar si el Gobierno de Navarra logra salvar esta iniciativa o si, por el contrario, se convierte en un proyecto fallido con consecuencias económicas y medioambientales. Mientras tanto, la incertidumbre sigue marcando el futuro de la planta de hidrógeno verde en Tudela.
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