Un equipo de científicos liderado por el Dr. Manish Shetty, de la Universidad Texas A&M, está desarrollando una tecnología que promete convertir los desechos plásticos en hidrógeno verde. De conseguirlo, sería una solución a dos de los mayores retos ambientales actuales: la contaminación por plásticos y la urgente necesidad de energías renovables. Este enfoque aborda el problema de los microplásticos antes de que lleguen al medio ambiente, además de aprovechar los residuos como una valiosa fuente de energía limpia.
La metodología se basa en el uso de unos catalizadores que transforman polímeros comunes, como los utilizados en botellas de PET (un tipo de plástico), embalajes o textiles, en compuestos químicos y combustibles sostenibles. Este proceso reduce significativamente el impacto ambiental y aporta una nueva perspectiva para afrontar la crisis mundial de residuos y la transición energética hacia fuentes más responsables.
El proyecto del Dr. Shetty utiliza unos solventes conocidos como portadores líquidos orgánicos de hidrógeno (LOHC, por sus siglas en inglés), que almacenan hidrógeno y lo liberan durante la descomposición de los plásticos. Este hidrógeno se emplea para romper las cadenas poliméricas de los residuos plásticos, produciendo compuestos como el p-xileno, una molécula que tiene diversas aplicaciones en la industria energética y química.
Este enfoque, además de disminuir la acumulación de plásticos en vertederos y océanos, también impulsa una economía circular al reducir la dependencia de materias primas derivadas del petróleo. La integración de este tipo de tecnologías podría redefinir la relación de la humanidad con los plásticos, transformándolos de desechos contaminantes en recursos estratégicos para un futuro sostenible.
La creciente preocupación por la presencia de microplásticos en el medio ambiente y su impacto en la salud humana y animal subraya la importancia de soluciones como esta. Estudios recientes han revelado la alarmante presencia de microplásticos en alimentos, aire e incluso en tejidos cerebrales humanos. En este contexto, las tecnologías que eliminen los residuos plásticos antes de su degradación en microplásticos son esenciales para proteger los ecosistemas y mejorar la calidad de vida.
Además, la producción de hidrógeno verde a partir de estos residuos está en línea con los objetivos a novel mundial de sostenibilidad energética. Este enfoque complementa otras iniciativas como el uso de biogás o energía solar para generar hidrógeno, diversificando las fuentes y reduciendo la dependencia de métodos tradicionales basados en combustibles fósiles.
La visión del Dr. Shetty y su equipo es un ejemplo de cómo la ciencia y la innovación pueden abordar problemas complejos mediante enfoques integrados. Convertir los residuos plásticos en hidrógeno verde representa una oportunidad única para resolver dos crisis ambientales simultáneamente, mientras se promueve una economía más circular y sostenible.
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