El proyecto Catalina para producir hidrógeno verde en Andorra amplía su inversión en 285 millones de euros, pasando de los 1.847 millones iniciales a 2.132 millones. Esta inversión servirá para incorporar una conducción de 39 km para dar salida al hidrógeno hasta Caspe, donde enlazará con la red de distribución nacional. Este proyecto está promovido por el fondo danés Copenhagen Infraestructure Partners (CIP). Técnicas Reunidas será la empresa quien se encargue de construir este proyecto en Andorra.

El acuerdo se ha publicado en el Boletín Oficial de Aragón, donde el Consejo de Gobierno ha calificado a la inversión de interés autonómico y a la infraestructura del proyecto de interés general de Aragón. Inicialmente, la idea del CIP era canalizar el hidrógeno renovable desde Andorra hasta Sagunto, la cual iba a ser ejecutada por Enagás. Sin embargo, esto se ha cambiado por la conducción desde Andorra hasta la red troncal de Caspe.

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Proyecto Catalina

El proyecto Catalina tendrá una planta de producción con un electrolizador de 500 MW de potencia. El hidrógeno se obtendrá a partir de agua utilizando la electricidad de 13 plantas de energía renovable con una potencia total de 1.100 MW. En la primera fase, las estimaciones prevén una producción anual de 84.000 toneladas de hidrógeno. Las instalaciones del proyecto ocuparán 15 municipios del Bajo Aragón histórico.

Según el CIP, esta primera fase generará 824 puestos de trabajo entre empleos directos, indirectos e inducidos. La Unión Europea ha aprobado una subvención de 230 millones de euros para este proyecto. Además, la promotora ha solicitado la concesión de agua de un hectómetro cúbico anual con cargo a la reserva que dejó de utilizar la central térmica de Andorra. La petición de caudales se formuló a la Confederación Hidrográfica del Ebro en diciembre de 2021 y aún se encuentra sin resolver.

Una vez finalizada esta primera fase, CIP espera aumentar la producción hasta las 336.000 toneladas anuales de hidrógeno verde. Esto ocurriría dentro de aproximadamente 10 años, a mediados de la década de 2030. En ese momento, la inversión estaría obligada a aumentar hasta los 4.300 millones de euros, además de incrementarse el consumo de agua hasta los cinco hectómetros cúbicos al año.

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