El presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra, explicaba esta semana la postura de Repsol en una entrevista en Radio Euskadi. Las inversiones previstas para Euskadi, de cara al electrolizador de 100 MW y la planta de combustibles sintéticos del Puerto de Bilbao se han suspendido. Consideran las políticas del Gobierno discriminatorias y piden un marco regulatorio estable. Repsol no se va a ir de España, pero paraliza parte de sus inversiones futuras.
López Atxurra ha asegurado que las inversiones en marcha seguirán su curso. Son las de los electrolizadores de Muskiz, de los que hablábamos recientemente. El primero, de 2,5 MW, podrá generar 350 toneladas anuales de hidrógeno renovable para uso industrial principalmente en la refinería. La inversión alcanza los 11 millones de euros y la producción ya está en marcha. Además, de a la refinería, suministrará hidrógeno al Parque Tecnológico de Abanto Zierbana, a las nuevas oficinas de Petronor. Y, mediante una hidrolinera, se utilizará el hidrógeno para propulsar autobuses y transporte pesado.
La instalación del primer electrolizador iba a seguir con la de otros dos, de 10 MW y 100 MW de capacidad. El proyecto del electrolizador de 10 MW continúa en marcha. Sin embargo, es el de 100 MW, con una inversión prevista de 200 M€, el que ha quedado en stand-by. Es un proyecto, a gran escala, reconocido por la Comisión Europea como Proyecto Estratégico y de Interés Común Europeo (IPCEI). Y esto sí que supone un golpe duro para Euskadi y para el Corredor Vasco del Hidrógeno.
Planta de combustibles sintéticos de Repsol
Sobre el proyecto del Puerto de Bilbao, no peligra la planta demo de combustibles sintéticos, pero sí su escala industrial.
En mayo de 2022, se colocó la primera piedra de una planta demo. Es un proyecto conjunto, participado por Repsol, Petronor, Enagás, el Ente Vasco de la Energía (EVE) y Aramco. La inversión prevista es de 103 millones de euros.
La planta de demostración sigue su curso y está prevista su finalización para 2025. Su capacidad: 2.100 toneladas anuales.
Sin embargo, su escala industrial queda paralizada de momento.
Opiniones de Repsol y Petronor
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ya adelantó las líneas del problema la pasada semana. Y añadió que la compañía tenía “otras alternativas” para las inversiones.
Sus palabras son consecuencia del aviso de renovación de la coalición entre PSOE y Sumar. Señalan que se mantendrá el impuesto especial a energéticas y banca más allá de lo inicialmente previsto, en 2024.
El propio consejero delegado explicó que prorrogando el impuesto a las energéticas, se pondrían en peligro las inversiones en España.
Al respecto, el presidente de Petronor dijo en Radio Euskadi que el compromiso empresarial de Repsol con España era incuestionable. Pero también añadió que sin marco regulatorio estable y previsible, las inversiones quedarían en stand-by. Explicó que el marco regulatorio debía ser acorde a otros marcos de nuestro entorno europeo.
López Atxurra indicó que los impuestos son un activo importante para el bienestar ciudadano, pero señaló:
“Los impuestos y la recaudación exigen también una maximización en la gestión pública, y en la eficacia y eficiencia de los servicios públicos”.
Y explicó que sólo Petronor, entre 2019 y 2022, había pagado 3.000 M€ a la Hacienda Foral de Bizkaia y 2.000 a la Agencia Tributaria de la Administración General de Estado.
Asimismo, comentó que ellos abogan por la “no discriminación”.
“Eso significa que tú, por una situación concreta, no puedes plantear un sistema impositivo excepcional y fuera del marco normativo convencional de la aprobación de impuestos”.
Declaraciones de Lopez Atxurra
Además, habló de los tres ejes sobre los que se articula el planteamiento energético:
“Recursos naturales, que están en libre mercado mundial; tecnología, que requiere mucha innovación y mucha inversión; y procesos industriales, que requieren también mucha inversión y materialización de la actividad industrial”.
Y añadió que los tres ejes:
“Están sujetos, no como beneficios caídos del cielo, sino regulados por el mercado global”.
Igualmente, señaló que no considera pertinente:
“La penalización del ‘oil&gas’ sobre bases técnicas incorrectas en materia de transición energética y sobre bases más ideológicas”.
Ha defendido que haya una:
“Adaptación a los cambios porque son supervivencia, pero hay que hacerla con rigor y, sobre todo, sin prejuicios”.
Y:
“Cualquier proyecto que no tenga materialidad en una estrategia tecnológica industrial, y eso se manifiesta en un campo regulatorio de incentivación y de adecuación, no tiene sentido.
Las palabras se las lleva el viento y tenemos miles y miles de powerpoints respecto a este tipo de cuestiones. Falta la estrategia industrial. Porque las cuestiones energéticas no son cuestiones ideológicas en sentido demagógico, sino cuestiones de materialidad tecnológica, industrial y de un equilibrio estable de las diferentes funciones que nos da la naturaleza”.
Así, dijo que abogaba porque:
“Se hable menos y se concite mayor consenso sobre la oportunidad que tiene España en materia tecnológico-industrial en la transición energética.
Es el auténtico desafío”.
FUENTES: Radio Esukadi. Europa Press.
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