“La transición energética en Cataluña” es un trabajo realizado por los ingenieros Joan Puertas y Lluís Pinós que busca las claves para la transformación. La hoja de ruta explica que las energías renovables, la eficiencia y el ahorro energético serán claves. Al menos, hasta que se desarrollen las tecnologías que puedan sustituir a los hidrocarburos. Entre ellas, el biometano y el hidrógeno.
El trabajo, encargado por la Comisión de Energía, pone sobre la mesa las medidas a tomar para alcanzar la neutralidad climática que reclama Europa en 2050.
Señala el estudio que sería necesario movilizar 225.000 MEUR en recursos públicos y privados para llevar a cabo la transición en Cataluña. Asimismo, se requiere agilizar la tramitación de los permisos que actualmente ralentiza el desarrollo de proyectos.
El informe alerta de que Cataluña, en los últimos años, ha quedado retrasada con respecto a las políticas que impulsan la transición energética. “De ser pioneros, hemos quedado en la cola”, lamenta Joan Puertas, que califica de “impresionante” el retraso de Catalunya.
El estudio se centra en la proyección de la demanda. PROENCAT calcula que Cataluña, en el escenario más optimista y conservador puede necesitar, en 2050, entre 12.200 ktep y 16.700 ktep. Sin embargo, Puertas señala que esa estimación incluye valores “inasequibles”.
Por su parte, Ingenieros Industriales de Cataluña considera que el objetivo debería ser poder desligar el crecimiento económico del consumo de energía. Por tanto, Puertas recalca que eso no será posible si no se toman medidas de ahorro y eficiencia energética.
Desde Ingenieros Industriales de Cataluña recuerdan que el 75% de la demanda proviene del transporte y de la industria, que no son fácilmente electrificables.
En esa línea, los ingenieros calculan que en 2050, el 60% del parque automovilístico debería estar electrificado; y el 40% con otros vectores energético, como el hidrógeno.
En cuanto a la industria, se calcula que el 70% que ahora es gas natural frente al 30% eléctrico debería evolucionar a: un 60% con hidrógeno y un 40% con electricidad.
Por su parte, en los hogares, el 30% eléctrico actual y el 70% en fósiles deberían transformarse en: el 70% eléctrico y el 30% con biometano.
Para conseguir estos objetivos, Ingenieros Industriales de Cataluña habla de renovables y de otras dos posibles fuentes de energía en 2050: el hidrógeno verde y el biometano.
En cuanto al hidrógeno, Pinós reconoce que no será posible producir en Cataluña todo el hidrógeno necesario y que habrá que importarlo. Ha explicado que producir hidrógeno verde implica unas demandas de electricidad muy altas que harían «ingobernable» el sistema eléctrico porque necesita mucha potencia firme.
A pesar de la apuesta por este vector energético, los ingenieros opinan que faltan unos 10 años, mínimo, para que la tecnología esté suficientemente desarrollada.
La otra fuente primaria de energía, que debería sustituir el gas natural tanto en los hogares como en el sector terciario, es el biometano.
El estudio calcula que Cataluña tiene el potencial para llegar a producir 25 TWh/año. Los ingenieros consideran «incomprensible» que no se haya desarrollado más esta tecnología, con sólo una planta en servicio en Cerdanyola. Sería una solución para sustituir gas natural y para gestionar adecuadamente los residuos.
La transición energética no se entiende sin energías renovables. Según los ingenieros es necesario multiplicar su capacidad para 20 y llegar a los 80 GW.
El estudio calcula que la potencia técnica máxima que puede alcanzar Cataluña en energía eólica es de 20 GW; con un 2,96% del territorio ocupado; y unas 3.300 h/año de funcionamiento en Pmáx.
En fotovoltaica, el estudio sitúa la potencia técnica máxima en 16,5 GW con 1.300 h/año de funcionamiento en Pmáx.
La potencia eléctrica acabaría de producirse con los ciclos combinados que habrían sustituido el gas natural por hidrógeno de forma progresiva. Asimismo, con la cogeneración, que mantendría la potencia instalada hasta el 2040.
Además, tienen en cuenta que la energía hidroeléctrica no puede aumentar la capacidad de producción. Igualmente, que los ciclos combinados a gas también la reducen hasta 2050.
Se calcula, también, que la generación nuclear se suprime en 2035. Sin embargo, Ingenieros Industriales de Cataluña también opina que se debería alargar la vida de las centrales nucleares (3GW) más allá de 2040. Sería una opción alternativa para requerir menos fotovoltaica (12 GW) y una potencia firme de 4 GW como máximo.
Los ingenieros recuerdan que países como Francia o Reino Unido ya están apostando por estas opciones puesto que el objetivo final es descarbonizar.
Puertas lamenta que Cataluña difícilmente cumplirá los objetivos europeos en el 2030 y alerta de que sólo si se empieza a trabajar con decisión ahora, se podrán cumplir los del 2050. Para llevar adelante la transformación, opinan:
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