Viajar diez mil kilómetros equivale a cruzar España de norte a sur más de 11 veces, o realizar el trayecto Madrid-Barcelona más de 25 ocasiones. Esa es la distancia que ha recorrido ya el primer tren de hidrógeno de España, un pionero proyecto que representa un avance esencial en el futuro del transporte sostenible. Este tren de cercanías, equipado con una pila de hidrógeno, es el emblema del ambicioso programa FCH2Rail, una colaboración internacional que busca reemplazar el diésel con energía limpia en el ámbito ferroviario.
El tren de hidrógeno del proyecto FCH2Rail completa su primer recorrido en pruebas
Lanzado en enero de 2021 con un presupuesto superior a 14 millones de euros, de los cuales cerca del 70% está financiado por fondos europeos, FCH2Rail reúne empresas de España, Alemania, Bélgica y Portugal. Este consorcio internacional fue seleccionado por la Clean Hydrogen Partnership, la agencia europea que lidera el desarrollo de tecnologías basadas en hidrógeno. Con una duración prevista de cuatro años, el proyecto tiene como objetivo demostrar la viabilidad de soluciones ferroviarias sostenibles sin necesidad de electrificar toda la infraestructura existente.
En Europa, apenas el 50% de la red ferroviaria está electrificada, lo que deja a muchos trenes funcionando con motores diésel. La transición al hidrógeno ofrece una alternativa rentable y rápida frente a la costosa electrificación de las vías, cuyo precio medio en España ronda los 500.000 euros por kilómetro. Este enfoque permite avanzar hacia una movilidad de bajas emisiones sin las limitaciones logísticas de modificar toda la infraestructura.
Casi cuatro años después de su inicio, FCH2Rail consiguió un gran avance en junio de 2023 con las primeras pruebas reales en tramos abiertos al público. El tren recorrió el exigente trayecto entre Zaragoza y Canfranc, una ruta conocida por sus pronunciadas pendientes y desafíos técnicos. Renfe señaló la relevancia de estas pruebas para validar la capacidad del tren de hidrógeno en condiciones operativas extremas.
Durante los meses siguientes, la unidad equipada con la tecnología de pila de combustible fue sometida a una amplia gama de pruebas en comunidades autónomas como las de Aragón, Madrid y Galicia, donde se evaluaron sus prestaciones bajo diferentes condiciones climáticas y demandas energéticas. Un momento destacado tuvo lugar en Galicia, cuando el tren cruzó la frontera hacia Portugal, demostrando su potencial como alternativa sostenible al diésel en redes internacionales.
Mientras el proyecto FCH2Rail avanza, otras iniciativas buscan aplicar el hidrógeno en el sector ferroviario de Alta Velocidad. Un ejemplo es el proyecto Hympulso, liderado por Talgo y respaldado por empresas españolas como Repsol, Sener, Ingeteam y Optimus3D. Este programa tiene como objetivo adaptar esta tecnología para trenes rápidos, ampliando el impacto del hidrógeno más allá de las líneas de cercanías.
El hidrógeno ofrece una solución para reducir las emisiones en el transporte, además de ser una alternativa viable para zonas donde la electrificación completa no es factible. Con proyectos como FCH2Rail e Hympulso, España busca posicionarse a la vanguardia de la innovación en movilidad sostenible.
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