- El 2024 ha sido un período de ajustes para Repsol, marcado por la caída en los precios del petróleo y el gas.
- El mercado ha respondido positivamente a la estrategia de la empresa, impulsando sus acciones tras la publicación de los resultados.
- Los siete futuros clústeres de hidrógeno verde reciben 1.214 millones de euros del MITECO
La compañía energética Repsol ha cerrado el ejercicio de 2024 con cifras en retroceso debido a la caída del precio del crudo y el gas, además de una reducción en los márgenes de refino. Esta situación no es exclusiva de Repsol, ya que otras grandes petroleras a nivel internacional han experimentado dificultades muy similares.
Más allá de los números, el foco de atención ha estado en las declaraciones del consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, quien ha matizado la apuesta de la empresa en determinadas áreas, como el hidrógeno verde, generando un impacto en el rumbo estratégico de la compañía.
Descenso de beneficios y cambios en el mercado
El ejercicio financiero de Repsol en 2024 ha reflejado un escenario un tanto desafiante. La caída en el precio de los hidrocarburos y la contracción de márgenes en la refinación han reducido de manera significativa las ganancias. Esta tendencia ha sido compartida por otros gigantes del sector en diferentes partes del mundo.
Los ingresos totales de la empresa han descendido un 9,3%, quedando en 69.450 millones de euros. El beneficio neto se ha situado en 1.756 millones, reflejando una reducción del 45% en comparación con el año anterior. A pesar de ello, los resultados han superado las previsiones del mercado, lo que ha impulsado la cotización de las acciones tras la presentación de cuentas.
En cuanto al resultado bruto de explotación, el EBITDA ha registrado una caída del 19%, alcanzando los 7.488 millones de euros. Las razones de este descenso se encuentran en la presión sobre los negocios industriales y de exploración, así como en la normalización de los márgenes en el sector del refino.
Repsol reduce la apuesta por el hidrógeno verde
Uno de los aspectos más llamativos de la conferencia con inversores ha sido el cambio en la estrategia de Repsol en torno al hidrógeno verde. La compañía ha recortado sus planes de expansión en este ámbito, pasando de una meta inicial de 1.900 MW a un rango más conservador de entre 700 y 1.200 MW para 2030.
A pesar del ajuste, la empresa mantiene su compromiso con la producción propia y la descarbonización de sus instalaciones. Durante este año, se aprobarán inversiones en electrolizadores de Petronor-Bilbao, Cartagena y Tarragona, con capacidades de 100 MW, 100 MW y 150 MW respectivamente. Estas instalaciones recibirán apoyo financiero de fondos europeos y estarán destinadas al autoconsumo.
En contraste con esta estrategia, otras compañías energéticas han optado por priorizar el transporte de hidrógeno, una opción que Repsol ha descartado por considerarla poco rentable en el contexto actual.
Impacto del panorama internacional en Repsol
El contexto geopolítico y las decisiones políticas también han jugado un papel clave en la evolución de la empresa. Donald Trump ha manifestado su respaldo a la industria energética, algo que, según Imaz, tendrá efectos positivos en el precio del gas y, en consecuencia, en los costes para la industria europea.
Este factor podría aliviar en cierta medida la presión sobre los márgenes en el continente europeo y facilitar la continuidad de los planes de descarbonización en el sector. No obstante, el entorno sigue siendo complejo, con volatilidad en los mercados.
Situación financiera y dividendos atractivos
A pesar de la caída en las ganancias, Repsol ha mantenido su política de retribución al accionista, destinando 1.928 millones de euros a dividendos y recompra de acciones, lo que equivale al 31% de su flujo de caja operativo.
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En términos de deuda, la compañía ha cerrado el año con una cifra de 5.008 millones de euros, más del doble que en 2023. Sin embargo, cuenta con un colchón de liquidez de 9.453 millones, lo que le permite afrontar sus compromisos financieros sin dificultades a corto plazo.
Las razones detrás del aumento del endeudamiento incluyen una menor generación de caja operativa, inversiones considerables en transición energética y exploración, así como una retribución al accionista que no se ha cubierto completamente con los ingresos.