América Latina (LAC) da pasos firmes hacia el hidrógeno verde. Consideran que la abundancia de recursos naturales y la utilización de fuentes renovables pueden aportar la diferencia con otras regiones. En octubre de 2022, la Plataforma para el Desarrollo del Hidrógeno Verde en Latinoamérica y el Caribe, H2LAC, realizó un congreso en Colombia. Muchos países mostraron sus hojas de ruta y proyectos, de cara a 2030, para empezar a exportar.
Donde puede marcar la diferencia América Latina es en sectores que utilizan grandes cantidades de hidrógeno y es difícil reducir emisiones. Por ejemplo, la industria química para la producción de amoniaco, un químico precursor de los fertilizantes.
Asimismo, en el uso como combustible en vehículos de transporte de carga pesada en la minería. Incluso en refinerías y en la producción de metanol, reemplazando consumos existentes que hoy se obtienen de gas natural. Finalmente, en la industria siderúrgica, que habitualmente usa carbón y representa alrededor de un 7% de las emisiones de CO2.
Perspectivas
Michelle Hallack, consultora ejecutiva de Mercados-Aries Internacional, con sede en Madrid, explicaba recientemente a la cadena multimedia alemana DW:
«El hidrógeno limpio en América Latina tiene muchísimo potencial porque es una región donde ya hay una alta proporción de electricidad con recursos renovables, en algunos países casi el cien por ciento”.
Juan Pablo Zúñiga, de la Asociación Chilena de Hidrógeno (H2 Chile) y la consultora HINICIO, también explicaba a DW:
«El hidrógeno va a jugar un papel fundamental en América Latina y está en todos los escenarios de transición energética y descarbonización de distintos sectores de la industria y del transporte, principalmente”.
Sin embargo, añadía que era necesario tomar las cosas con calma:
“Hay muchas expectativas sobre el desarrollo del hidrógeno y el potencial negocio que puede significar. Se dice que podría ser la bala de plata de la transición energética, pero no es así. El hidrógeno viene a contribuir y es una parte de la solución, pero no la panacea”.
Argumentaba que el hidrógeno se debiera sumar a medidas prioritarias, como la eficiencia energética y la electrificación directa.
América Latina y sus proyectos de hidrógeno
Según el informe Index H2LAC de 2022, en la región hay 84 proyectos. La mayoría en fase de desarrollo y algunos en operación, pero no son de producción a gran escala. Zúñiga señala que:
«En 2021, la demanda global de hidrógeno fue de 94 millones de toneladas.
América Latina tiene la capacidad de producir esta cantidad y mucho más. El aumento de la demanda en Europa y algunos países asiáticos ha gatillado que, en los últimos dos a tres años, empresas europeas hayan venido a América Latina y las ya instaladas aceleraran esta carrera en países como Chile, Uruguay y Colombia, que se posicionan como exportadores”.
Y, además:
«Todo hace prever un aumento significativo en la producción de hidrógeno. La mayoría tiene planeado estar exportando al 2030. Si bien no hidrógeno propiamente tal, al menos derivados como amoniaco y combustible sintético”.
Mónica Gasca, directora ejecutiva de la Asociación Hidrógeno Colombia, decía a DW sobre el papel del hidrógeno verde:
«Se ve como un mecanismo de reactivación económica de la región. Los abundantes recursos naturales que tenemos nos permiten tener costos de producción muy competitivos. Solamente en la hoja de ruta de Colombia, la meta a 2030 representa inversiones de cinco billones de dólares y un despliegue de empleos directos e indirectos de 7 mil a 15 mil puestos”.
Con la idea de apoyar estos desarrollos, están surgiendo asociaciones empresariales en América Latina. Además, se plantean hojas de ruta, así como se intenta promover la cooperación, las regulaciones y los incentivos.
Una cuestión de momento
La mayor parte de los países de América Latina apunta a exportar a países con los que ya tienen acuerdos. Entre ellos, Alemania, Países Bajos y Bélgica. Pero, para conseguirlo, todavía hay que salvar desafíos en logística y transporte, sobre todo del hidrogeno como tal. La exportación de derivados es más sencilla.
Asimismo, se discute sobre el avance en regulaciones y estudios ambientales para la instalación de parques renovables. Además, el acceso al agua necesaria para los procesos y la evacuación de los desechos, como las salmueras.
Según Zúñiga:
«Proveer una línea base ambiental y un ordenamiento territorial es clave si queremos que el hidrógeno que llamamos verde sea realmente sustentable, con un impacto bajo o positivo en las comunidades, la flora y fauna local”.
La consultora de Mercados-Aries, Hallack, por su parte, añadía:
“Desde el punto de vista europeo es muy importante que se desarrolle un mecanismo que asegure que el hidrógeno sea sostenible. Dependiendo de las restricciones de esta certificación, podrían disminuir mucho los proyectos que puedan ofertar”.
Mientras, Mónica Gasca, recomendaba fomentar la cooperación regional en Latinoamérica:
«Coordinar entre países para identificar puertos de salida, necesidades de transporte, centros logísticos y desarrollo de infraestructura para ser un centro exportador hacia Europa y Asia”.
FUENTE: DW.COM
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