Se podría considerar que CityHawk es el ‘coche volador del futuro’. Es un vehículo de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL), alimentado con hidrógeno, que desarrolla la empresa de Israel ‘Urban Aeronautics’. Recientemente, la compañía anunció que había conseguido sus primeros 10 millones de dólares, de los 100 previstos, en una ronda de financiación.
Los primeros 10 millones del proyecto llegan de inversores privados de EEUU, Brasil e Israel. Pero la compañía tiene ya cerrados otros acuerdos con grandes empresas dedicadas a la aviación comercial.
CityHawk es un vehículo singular. No lleva alas. Es capaz de despegar gracias a dos hélices encerradas en su fuselaje. Urban Aeronautics ha estado 15 años perfeccionando un sistema de hélice interno llamado Fancraft, que, además, ha patentado. Ese sistema es el que utiliza el coche volador.
Emplea hidrógeno para su propulsión, tiene el tamaño de un SUV grande y puede trasladar hasta 6 personas, incluso puede llevar carga. De ahí que muchos piensen que puede ser un rival para el helicóptero. Así, son evidentes las ventajas del CityHawk, ya que no necesita el espacio que requieren las hélices de un helicóptero para despegar, volar y aterrizar. Y, además, ¡sin ruidos!
Dice la propia Urban Aeronautics:
«CityHawk tiene más en común con las aves que anidan en los techos de los rascacielos que con casi cualquier otro prototipo eVTOL que exista».
Con respecto al hidrógeno, Urban Aeronautics firmó un acuerdo con la empresa de Silicon Valley, HyPoint, en el mes de junio. Gracias a dicho acuerdo, el CityHawk incorpora la tecnología de pila de combustible de hidrógeno de HyPoint.
El coche volaror está diseñado para viajar 100 millas antes de repostar (dependiendo del peso) y a una velocidad de hasta 125 millas por hora. Podrá recorrer hasta 200 millas en un tanque.
Según el CEO, y fundador, de Urban Aeronautics, Rafi Yoeli, el coche volador, de despegue y aterrizaje vertical, podría llegar al mercado relativamente pronto.
Él mismo indicaba recientemente que hacerlo realidad era el sueño de toda su vida: construir un prototipo de un automóvil volador que se pueda usar en un tiempo no lejano para transporte en ciudades, para emergencias médicas, etc.
Pues, lo cierto es que puede ser más real de lo que imaginamos y antes de lo que pudiéramos pensar.
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