El hidrógeno verde no sólo puede dar sostenibilidad al transporte por carretera. También se postula como una de las soluciones para naves y aviones. ZeroAvia, la empresa de tecnología de hidrógeno para aeronaves, acaba de realizar pruebas con éxito para aviones medianos. La compañía indica que los aviones de hidrógeno verde permitirán: reducir costes de aviones, hacer vuelos más accesibles y provocar una experiencia de vuelo más placentera en general.


Un sector clave de la industria del transporte es la aviación y actualmente representa el 12% de las emisiones totales del transporte. Además, para empeorar las cosas, los expertos estiman que: las emisiones de dióxido de carbono a grandes altitudes tienen de dos a cuatro veces el impacto que las emisiones a nivel del suelo.

Eso significa que una revolución verde en la aviación es clave si queremos combatir el cambio climático a nivel global. Sin embargo, esto requiere reconstruir por completo la infraestructura de la aviación tradicional, que depende completamente de los combustibles fósiles.

Hidrógeno renovable

Los paneles solares y los parques eólicos no son suficientes para alimentar aviones comerciales. Sin embargo, tienen un papel importante que desempeñar en la producción de la alternativa al combustible fósil: el hidrógeno verde.

Además de ser limpio, genera mucha energía y sólo emite vapor de agua. Más allá de otros vehículos, el H2 verde puede ser una gran solución para los aviones. Y es en ese ámbito en el que se mueve ZeroAvia, la empresa dedicada a la tecnología de hidrógeno para aeronaves. El hidrógeno se puede producir mediante energías solar o fotovoltaica, haciendo que sea limpio y verde.

Pero para conseguir su implementación, es necesario que siga evolucionando la tecnología y que el coste de producción sea más competitivo.

ZeroAvia toma la iniciativa

Hablamos de esta compañía no hace mucho. Decíamos:

“ZeroAvia realizó su primer vuelo de prueba con un avión de hidrógeno comercial hace unos meses y fue con éxito. El vuelo tuvo lugar en las instalaciones de I+D de la compañía en Cranfield, Inglaterra, con el avión de seis asientos clase M de Piper. Completó sin problemas el rodaje, el despegue, un circuito previsto y el aterrizaje”.

Tras ese vuelo, la compañía anunció una fuerte inversión, procedente de British Arways y otros inversores, para desarrollar aviones medios. En concreto, aparatos con hasta 500 millas de autonomía y hasta 20 plazas, disponibles en 2024.

El avión de ZeroAvia es parte del proyecto HyFlyer, un programa de I+D respaldado por el gobierno del Reino Unido.

Con su tren motriz de hidrógeno y energía renovable, la compañía puede completar vuelos de corto recorrido a la mitad del coste de otros vuelos sin emisiones. Y, además, con un 75% menos costes en combustible y mantenimiento.

La prueba recientemente realizada se llevó a cabo en Estados Unidos y sobre tierra. Se instaló el motor de hidrógeno sobre una plataforma móvil de 15 toneladas de la compañía HyperTruck. El éxito no sólo resultó con respecto a la pila de combustible y el hidrógeno, sino también en cuanto a los sistemas de software y control.

El propulsor, capaz de desarrollar 600 kW de potencia, es el que se quiere incorporar a los aviones para realizar pruebas en situaciones reales. Es decir, se incorporarán a uno de los aviones Dornier 228 que, recientemente, ZeroAvia adquirió para el proyecto HyFlyer II. Antes de acabar el año se llevarán a cabo las pruebas reales en Gran Bretaña.

Liderando la transición

A medida que el sector de la aviación recibe mayores presiones para hacer la transición a alternativas ecológicas, la tecnología de ZeroAvia lidera el camino. De hecho, la empresa ha declarado que la disrupción del mercado resultante podría generar una demanda de más de 100.000 unidades durante la próxima década.

Para 2027, la compañía planea haber expandido su tecnología para permitir vuelos de 100 personas. Esto tiene implicaciones importantes para el futuro de la aviación, incluso para los aviadores comerciales. ZeroAvia ha declarado que los aviones de hidrógeno verde deberían dar como resultado: reducir costes de aviones, hacer vuelos más accesibles y provocar una experiencia de vuelo más placentera en general.