El desarrollo de energías limpias está ganando impulso en Argentina con la puesta en marcha del «Proyecto Gaucho», una iniciativa pionera en la provincia de Santa Cruz que combina esfuerzos del sector público y privado. Con el respaldo de inversiones europeas, este ambicioso plan busca posicionar al país en el mapa mundial del hidrógeno verde, un recurso esencial en la transición energética.
El proyecto se desarrollará en diferentes fases, comenzando con la instalación de parques eólicos en zonas estratégicas de la provincia. Posteriormente, se avanzará en la producción de hidrógeno y amoníaco verdes, con el objetivo de consolidar un ecosistema energético sostenible que impulse tanto la economía local como la exportación a mercados internacionales.
La formalización del «Proyecto Gaucho» tuvo lugar en un encuentro llevado a cabo en Buenos Aires, donde quedó de manifiesto el apoyo del Programa Internacional de Aumento de la Producción de Hidrógeno (H2Uppp) de Alemania. Esta iniciativa es gestionada por la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y forma parte de la estrategia del gobierno alemán para fomentar proyectos de hidrógeno verde en países emergentes.
Europa encuentra un socio para la importación de hidrógeno verde en Argentina
La selección de Santa Cruz como sede de este proyecto responde a un riguroso proceso de licitación que se llevó a cabo entre febrero y junio de 2024. La transparencia y competitividad del proceso han permitido que este emprendimiento se convierta en la primera asociación público-privada (APP) dedicada al hidrógeno verde en Argentina, según se informó en la reunión organizada en la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana.
Con una proyección orientada hacia el año 2030, el plan contempla la construcción de dos plantas de producción en Puerto Deseado y Punta Quilla. Estas instalaciones utilizarán agua de mar desalinizada y se abastecerán de energía proveniente de un parque eólico de gran envergadura, complementado con electrolizadores de última generación.
El desarrollo prevé alcanzar una capacidad de generación de casi 9000 MW a partir de fuentes eólicas, mientras que los electrolizadores agregarán otros 6000 MW. La independencia de este sistema respecto a la red eléctrica permitirá certificar la producción de hidrógeno como 100% renovable, asegurando su trazabilidad y contribución a la descarbonización industrial.
El hidrógeno y el amoníaco verdes generados en Santa Cruz tendrán un doble propósito: abastecer la demanda interna y fortalecer la presencia de Argentina en el comercio internacional. Gracias a la proximidad de los puertos santacruceños, se facilitará la exportación de amoníaco verde, que será utilizado como materia prima y combustible en diversas industrias, especialmente en el continente europeo.
Las industrias con metas ambiciosas de reducción de emisiones de carbono representan los principales clientes potenciales de esta nueva producción en Argentina. Alemania se perfila como uno de los principales destinos de exportación, dado su compromiso con la transición energética y su necesidad de fuentes de hidrógeno verde certificadas.
Así mismo, parte de la producción será destinada al mercado local con el fin de descarbonizar sectores estratégicos como la siderurgia, la petroquímica y el refinado de combustibles. Se llevarán a cabo estudios exhaustivos para evaluar la viabilidad de expandir la producción y distribución del hidrógeno verde a nivel nacional, asegurando una adopción progresiva en diversas aplicaciones industriales.
El hidrógeno verde se ha convertido en un actor clave en la transformación energética global, aunque todavía tiene que abordar algunos desafíos regulatorios. A pesar de su creciente protagonismo, es necesario desarrollar un marco normativo integral que brinde certidumbre a los inversores y establezca reglas claras para su producción, comercialización y uso.
De acuerdo con las estimaciones internacionales, para 2050 el hidrógeno cubrirá alrededor del 14% de la demanda energética mundial, con un consumo proyectado de 600 millones de toneladas anuales. Para alcanzar estas metas, será fundamental expandir significativamente la infraestructura de producción y distribución.
Un informe del Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética (Ceare-UBA) resalta el potencial de Argentina en energías renovables, con proyectos eólicos y solares que ya suman más de 2000 MW en provincias como La Rioja, San Juan, San Luis, Buenos Aires, Neuquén y Río Negro. En este contexto, el «Proyecto Gaucho» representa una oportunidad única para acelerar la transición energética del país y consolidar su posición en el mercado internacional del hidrógeno verde.
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