Las personas tenemos tendencia a recordar la primera vez que nos ha sucedido algo reseñable. A veces, luego, se repite una o decenas de veces, pero la experiencia primigenia suele dejar un rastro indeleble…
En materia de automoción, ya llevo vividas unas cuantas “primeras veces” desde que era niño. Cuando me monté en un coche, escuché el motor o sentí las aceleraciones. En primera instancia como pasajero y luego como conductor, en aquellas legendarias clases de conducir con mi padre antes de sacarme el carnet.
Después, probar un deportivo, rodar en circuito, y…cómo no, aquella curiosa y estimulante experiencia que fue debutar al volante de un vehículo 100% eléctrico. Aunque parece algo reciente, ha llovido algo ya. Fue en julio de 2009 en una zona rural al norte de París, a los mandos de una Renault Kangoo 100% eléctrica. Realmente inolvidable. La ausencia de ruido, la paz al volante, las aceleraciones extraordinarias, y esa sensación íntima de disfrutar circulando mientras se optimiza la huella medioambiental.
Pues bien, a todas estas “primeras veces” tengo que añadir recientemente el hecho de encontrarme con un vehículo de hidrógeno en pleno tráfico madrileño.
¿Cúantos vehículos de hidrógeno se venden en el mundo?
¿Qué tiene esto de excepcional? Pues los datos hablan por sí solos: en 2023 se han comercializado apenas 20.000 unidades de vehículos propulsados por hidrógeno en todo el mundo, es decir, un 0,2% del mercado cero emisiones de todos los países. Si echamos un vistazo a España, encontramos, en los últimos tiempos, 5 unidades vendidas en 2022 y otras 8 en 2023, Se trata de dos modelos exclusivamente, el Toyota Mirai y el Hyundai Nexo. El que tuve la (rara) ocasión de ver fue el Toyota, con matrícula azul, es decir, un vehículo con licencia VTC de transporte de pasajeros.
Llegado a este punto, conviene recordar, para el lector profano en la materia, que el hidrógeno es el elemento más abundante en el universo y en nuestro planeta y que es un gas no tóxico, incoloro e inodoro. Eso sí, obtenerlo requiere un proceso de fabricación que, dependiendo de la fuente de energía que se utilice, sea renovable, o no, por ejemplo, da lugar a un hidrógeno más o menos “limpio”. Es por ello que se habla de hidrógeno verde, azul, etc…
Lo aprendido tras dos décadas de proyectos de movilidad con hidrógeno
Funcionamiento y oferta disponible
Un modelo de hidrógeno (FCEV, Full Cell Electric Vehicle) es un vehículo propulsado por un motor eléctrico que dispone de una pila de combustible. Dicha pila es un dispositivo electroquímico que combina el hidrógeno almacenado en el vehículo con el oxígeno del aire, produciendo electricidad y aumentando notablemente su nivel de autonomía cuando circula.
Este es un tema clave, ya que permite superar de largo una de las barreras psicológicas históricas del vehículo 100% eléctrico. El Toyota Mirai, por ejemplo, presenta 650 km de autonomía homologada, y el Hyundai Nexo lo supera con 666 km.
En Estados Unidos nos encontramos también con que Honda acaba de lanzar un modelo de hidrógeno híbrido enchufable, el CRV e: FCEV, que cuenta con una batería recargable directamente a través de la red. En este caso, a los 388 km de autonomía proporcionados por dos tanques de hidrógeno, se añaden otros 46 gracias a la batería enchufable, más los que genere el propio vehículo a través de la regeneración de electricidad en la frenada.
Si echamos un vistazo a los vehículos industriales, nos encontramos con el furgón Renault Master E-TECH de hidrógeno, que anuncia una autonomía notable de 500 km. A nivel autobuses, fruto de la colaboración de Iveco y Hyundai, ya circula en California una unidad capaz de asegurar 450 km de autonomía.
A esto se le añade que el tiempo de carga es particularmente corto, entre 3 y 5 minutos, similar a repostar carburante en cualquier vehículo térmico.
¿Dónde empiezan los problemas?
En primer lugar, en el precio, ya que estamos hablando, hoy en día en España, de 75.600 euros en el caso del Toyota Mirai (una berlina de 4,97m y 182cv) y de 73.450 euros en el caso del Hyundai Nexo (un SUV de 4,67m y 163cv).
Precios susceptibles de descender en el futuro, eso sí, en función del desarrollo real del mercado. En California, por ejemplo, que es el lugar del mundo donde circulan ya más vehículos de hidrógeno, Toyota está tirando la casa por la ventana con acciones promocionales puntuales muy agresivas del tipo rebaja de 40.000 euros (sí, 40.000, has leído bien) y combustible gratis durante tres años si el cliente financia. Es decir, que margen de maniobra parece que hay para el futuro.
El segundo gran problema es la escasa presencia de hidrogeneras, es decir, las estaciones de recarga de hidrógeno.
Existen unas 1.100 en todo el mundo, de las cuales actualmente, en Europa, hay unas 240, con Alemania en pole position con más de 100, seguida por Francia (50) y Reino Unido con 23. En nuestro país apenas hay una decena operativas, en Madrid, Barcelona, en las provincias de Toledo, Albacete y Ciudad Real, así como en Zaragoza y Huesca. Cierto es que hay diversos proyectos en construcción, pero estamos aún muy lejos de la cifra mágica propuesta por Bruselas, de una hidrogenera cada 200 km…
ANFAC (la patronal de la automoción) y GASNAM (la asociación que integra la cadena de valor del gas y del hidrógeno), abogan por la puesta en marcha de 150 hidrogeneras en el menor plazo posible, 71 de ellas en municipios de más de 100.000 habitantes y otras 79 en los principales corredores. Lo cierto es que ese nivel se antoja aún lejano.
Los Juegos Olímpicos apuestan por el H2
El universo de los Juegos Olímpicos está resultando pionero en el uso del hidrógeno, y en los pasados de Tokio, celebrados con retraso en 2021 a causa de la pandemia, ya rodaron unos 500 Toyota Mirai a modo de vehículos de la organización, y, simbólicamente, el pebetero olímpico se alimentó precisamente de hidrogeno.
En París no iban a ser menos, y se han lanzado muy en serio en el tema del hidrógeno para los juegos de la XXXIII Olimpíada, que se desarrollará entre el 26 de julio y el 11 de agosto de este año. A tal efecto, han designado de nuevo al Toyota Mirai vehículo oficial y contarán con un parque de 500 unidades, a la que se sumarán una flota de autobuses.
Con objeto de que no haya problemas de suministro, la compañía Air Liquide presentó hace unos días dos nuevas estaciones de servicio de hidrógeno en el interior de la ciudad. Concretamente en la Place de l’Alma y en la Porte de St Cloud. La primera puede suministrar 150 kg de H2/ día, lo necesario para realizar unos 50 repostajes, y la segunda una tonelada al día, capaz de nutrir 250 repostajes. Detalle a retener, en París ya circulan actualmente unos 500 taxis de hidrógeno que se suministran de 10 hidrogeneras en todo el territorio de Île de France (el equivalente a la Comunidad de Madrid, para entendernos).
Esto da una muestra de la apuesta estratégica del país vecino que, aunque limitada en los medios, cuenta con un decidido apoyo político por parte del gobierno francés.
¿Qué opina el sector de la automoción?
A la vista de esta situación general, de oportunidades y amenazas, numerosas personalidades se están posicionando con respecto al hidrógeno.
Luca de Meo, CEO del Renault Group y presidente de la ACEA, la patronal europea de automoción, solicitaba públicamente impulsar el potencial del H2 desarrollando un plan director que identifique las áreas prometedoras y coordine las acciones a escala europea.
Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha afirmado que el 55% de los proyectos de hidrógeno en el mundo se están llevando a cabo en la Unión Europea, lo cual resulta esperanzador. Precisamente, una excelente noticia de esta semana ha sido la concesión de importantes subvenciones a proyectos españoles.
El Banco Europeo del Hidrógeno, anunciado hace dos años por von der Leyen con el objetivo de facilitar el suministro de hidrógeno renovable a los consumidores europeos, ha adjudicado más de 1/3 del montante global asignado a tres iniciativas españolas de hidrógeno renovable. En total 263 millones de euros.
Conviene recordar que el “Hydrogen Council” prevé que el hidrógeno podría ocupar el 18% de la demanda global de energía en 2030. En este contexto, España goza de ventajas de partida para la producción de H2 renovable, gracias al elevado mix de producción energético eólico, solar e hidráulico. Actualmente se están desarrollando “valles del hidrógeno” en nuestro país, en concreto el corredor vasco, con 80 empresas implicadas, el de Cataluña, con 100 empresas o los de Castilla La Mancha o Andalucía.
Resulta evidente, pues, que tenemos que “cuidar” todo lo referente al hidrógeno y su cadena de valor. Para el objetivo de alcanzar la movilidad sostenible para todos, la conjunción con la tecnología eléctrica se revela como sumamente adecuada. Por su fácil almacenamiento y transporte, por su alta capacidad energética y también por su precio para el usuario final. En este sentido, el objetivo es estabilizar el precio en 10 euros el kilo. Con un consumo de 1kg/100km, estaríamos hablando de recorrer 600km por alrededor de 60 euros, una cifra no muy alejada de la realidad de un diésel actual.
Movilidad 100% eléctrica complementada por hidrógeno es una excelente apuesta de futuro, eficiente y rentable, que, por añadidura, puede ser un vector idóneo de desarrollo tecnológico para la economía española. Confío en que los sectores público y privado irán de la mano para que nuestra sociedad aproveche las oportunidades que se presentan y se ponga en marcha una estrategia que vertebre toda la cadena de valor, incluyendo producción, distribución y consumo.
Ojalá, lo antes posible, deje de ser algo extraño encontrarse con un coche 100% eléctrico y de hidrógeno circulando por Madrid…
Imágenes: DepositPhotos
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