Se ha presentado el ‘Global Hydrogen Review 2022’ de la Agencia Internacional de la Energía en el Club Español de la Energía. El estudio analiza el progreso en la producción y demanda mundial de hidrógeno, así como la evolución de otros aspectos relacionados con: políticas, costes, regulación, inversiones, innovación o las infraestructuras necesarias para su desarrollo.
La presentación ha estado a cargo de: José Miguel Bermúdez, analista en Tecnologías Energéticas, hidrógeno y combustibles derivados de la AIE; y Arcadio Gutiérrez, director general de Enerclub.
Arcadio Gutiérrez abrió la sesión. Señaló, como indica el informe, el crecimiento de la demanda global de hidrógeno, que llegó en 2021 a los 94 millones de toneladas. Sin embargo, también destacó que la producción de hidrógeno verde, a pesar de la mayor demanda, fue menor a un millón de toneladas.
Inició la presentación del Global Hydrogen Review 2022 José Miguel Bermúdez. Explicó las causas del impulso del hidrógeno: la crisis energética, resultado de la invasión de Ucrania; las oportunidades que se derivan de los objetivos de descarbonización y de mejora de la seguridad energética.
La demanda global de hidrógeno alcanzó los 94 millones de toneladas en 2021, superando el máximo anual anterior, que fue de 91 millones en 2019. Casi todo el aumento del año pasado se cubrió con hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles sin captura de carbono.
Hace tan sólo un año, la Agencia preveía que la demanda global de hidrógeno podría crecer entre 105 y 120 millones de toneladas a 2030. Teniendo en cuenta las medidas actuales puestas en marcha por los gobiernos, el nuevo informe estima que la demanda mundial de hidrógeno: podría alcanzar los 115 millones de toneladas para 2030.
Si estas políticas climáticas se cumplieran en su totalidad, esa cifra podría aumentar a 130 millones de toneladas. Y, de ellas, más de una cuarta parte, se cubriría con hidrógeno de bajas emisiones.
En 2021, la producción de hidrógeno de bajas emisiones en todo el mundo fue menor a 1 millón de toneladas, proveniente de plantas que utilizan combustibles fósiles con captura, utilización y almacenamiento de carbono.
Según el Global Hydrogen Review 2022, para 2030 se prevé una producción de entre 16 y 24 millones de toneladas/año de hidrógeno de bajas emisiones. Y se producirá mediante electrolizadores o con CCUS.
Actualmente, la capacidad de fabricación de electrolizadores es de casi 8 GW/año y según informes de la industria, podría superar los 60 GW/año para 2030. Por regiones, China y Europa estarían a la cabeza. Pero esta producción estará vinculada a la demanda, por lo que podría haber movimientos hacia otros países. Entre ellos, EEUU, que apuesta por el desarrollo de estos proyectos a través de importantes ayudas y medidas políticas claras y flexibles.
De cara a la neutralidad de emisiones, Bermúdez ha señalado que aún queda camino por recorrer para alcanzar los objetivos presentados por los países. Para cumplirse, se debería llegar a los 34 millones de toneladas de hidrógeno de bajas emisiones en 2030. Además, para alcanzar las cero emisiones netas en 2050 a nivel mundial se requerirían alrededor de 100 millones de toneladas para 2030.
Asimismo, durante su presentación, expuso cómo las nuevas industrias están incrementando su demanda de hidrógeno. Además de las más tradicionales como la química o el refino, también lo hacen otras como el acero o el transporte, con nuevos proyectos piloto. En el sector energético, los proyectos anunciados que utilizan hidrógeno y amoníaco rozan los 3,5 GW de capacidad potencial para 2030.
El Global Hydrogen Review 2022 señala que, con los precios actuales, el hidrógeno verde podría ya competir con el proveniente de combustibles fósiles. Pero sólo en aquellas regiones con recursos renovables y que dependen de combustibles fósiles importados para producir H2.
Para terminar, el experto de la Agencia presentó algunas de las recomendaciones que ofrece el Global Hydrogen Review 2022, como: alentar a los gobiernos a implementar políticas para reducir el riesgo; y mejorar la viabilidad económica de los proyectos de hidrógeno de bajas emisiones que aceleren las inversiones.
También son necesarias. políticas para crear demanda de hidrógeno de bajas emisiones en aplicaciones clave ya en uso y nuevas; colaboración público-privada para acelerar el desarrollo de las infraestructuras de hidrógeno, tanto las nuevas como las ya existentes; y alinear las acciones a corto plazo (seguridad de suministro) con los planes a largo plazo (adaptando las infraestructuras).
Respecto a intensificar la cooperación internacional para desarrollar el comercio de hidrógeno, la AIE propone: la definición conjunta de estándares relativos a las emisiones en la producción y el transporte de hidrógeno; certificaciones comunes; desarrollo de las infraestructuras necesarias; y la eliminación de barreras regulatorias, dentro de un marco regulatorio que sea flexible para ayudar al desarrollo de estos primeros proyectos.
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