Las históricas relaciones entre Arabia Saudita y Grecia siguen fortaleciéndose y esta vez con el hidrógeno verde como foco. Desde el anuncio del proyecto White Dragon en Macedonia Occidental, el país se postula como un importante centro europeo de hidrógeno. Ahora, tras la visita del príncipe saudí, Mohammed bin Salman, el impulso es aún mayor.


De hecho, la Comisión Europea acaba de reconocer dos de los proyectos de hidrógeno verde presentados por Grecia en el marco de los proyectos de interés. Seguirán otros, ya que el país helénico, desde la presentación de White Dragon, ha visto cómo surgían muchas empresas interesadas en el hidrógeno.

Además, el hidrógeno tiene el potencial de transformar a Grecia de un importador de energía a un país autosuficiente y autónomo energéticamente. La energía renovable reemplazará a los combustibles fósiles, antes dominantes, dadas sus posibilidades eólicas y solares. Grecia es un país privilegiado y, dicen, predestinado, al hidrógeno.

El príncipe Salman ahora ha agregado otro componente geopolítico: las importaciones masivas de hidrógeno de Oriente Medio y del norte de África se dirigirán a Europa a través de Grecia.

Y todo ello es muy importante para la UE, ya que el conflicto de Ucrania acelera la necesidad de independencia energética de Rusia.

Hidrógeno verde en Arabia Saudita

Por otra parte, los primeros grandes proyectos de hidrógeno para satisfacer demandas de la producción industrial ya están en marcha en Arabia Saudita. En el noroeste del país, una región del tamaño de Bélgica ha sido declarada zona exclusiva de hidrógeno y renovables, llamada NEOM.

Aquí se esperan volúmenes de producción significativos a partir de 2024, y la producción a gran escala de hidrógeno renovable comenzará en 2026. Además, está el uso del último gran campo de gas de Jafurah. El gobierno saudí ha anunciado que este yacimiento de gas no se utilizará para exportar gas, sino hidrógeno.

Según el ministro de Energía, Abdulaziz bin Salman, gran parte del gas de Jafurah se utilizará para hidrógeno azul o turquesa. Se estima que tiene 200 billones de pies cúbicos de gas y se espera que la producción convertida en hidrógeno comience en 2024.

Con la ayuda de varias tecnologías, es posible dividir el gas de tal manera que casi no se produzcan emisiones de CO2. Por ejemplo, utilizando la tecnología de pirólisis, el carbono puede obtenerse en su forma sólida y utilizarse después como materia prima.

Grecia y la cuenca occidental del Mediterráneo

Además, la cuenca del Mediterráneo oriental es bien conocida por sus ricas cavernas de sal en alta mar bajo el mar. Es una instalación de almacenamiento perfecta para todo el hidrógeno producido en la región de Oriente Medio y África del Norte. También serviría perfectamente para una reserva estratégica de hidrógeno para toda la UE.

El gasoducto TAP, ya planificado, desempeñará un papel especial en la estrategia de hidrógeno de Europa. Lo dejó claro recientemente en Azerbaiyán la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. En el futuro, todos los caminos pasarán por Grecia cuando se trate de conectar el potencial de producción de hidrógeno del sureste.

Asimismo, y hasta que se reconviertan los oleoductos, Grecia, con su gran flota mercante, desempeñará un papel central. Los expertos coinciden en que en la fase de transición hasta que se desarrolle un sistema de tuberías estable, el amoníaco como producto del hidrógeno y el nitrógeno serán las opciones más económicas para transportar el nuevo producto.

El amoníaco se puede formar a partir de hidrógeno con relativa facilidad y se puede descomponer nuevamente sin emitir CO2. Pero lo que es aún más importante es que actualmente existen grandes clientes para el amoníaco que anteriormente lo producían a partir de gas natural. Especialmente, la industria química.

Podrían usarlo de inmediato y, por lo tanto, reemplazar inmediatamente gran parte del gas natural fósil. Ahora también depende de la estrategia marítima griega adaptarse rápidamente a este desarrollo y hacer que los barcos apropiados estén disponibles mediante una conversión.

Si se toman las medidas adecuadas ahora, Grecia se convertirá sin duda en uno de los centros clave para el hidrógeno. Y no sólo en el Mediterráneo oriental. Arabia Saudita ha declarado al país socio estratégico. Así empiezan las cosas.

FUENTE: Hydrogen Central.

Sobre algunos proyectos de los que hemos hablado y en los que participa Grecia: