Los planes de Reino Unido para reemplazar el gas natural por hidrógeno azul para cumplir con sus objetivos climáticos podrían ser contraproducentes. Así lo afirma un grupo de académicos estadounidenses, que asegura que el uso de hidrógeno azul puede generar más emisiones que el gas natural.

El hidrógeno azul, que se fabrica a partir de gas fósil, podría ser hasta un 20% peor para el clima que el uso de gas en los hogares y la industria pesada, debido a las emisiones que escapan cuando el gas se extrae del suelo y se divide para producir hidrógeno.

El proceso deja un subproducto de dióxido de carbono y metano, que las compañías de combustibles fósiles planean atrapar utilizando tecnología de captura de carbono. Sin embargo, incluso los esquemas más avanzados no pueden capturar todas las emisiones, dejando que algunas ingresen a la atmósfera y contribuyan al calentamiento global.

Los profesores de las universidades de Cornell y Stanford, autores del estudio, calcularon que estas emisiones que escapan en la producción de hidrógeno podrían eclipsar las asociadas con la extracción y quema de gas, al multiplicarse la cantidad de gas necesaria para producir una cantidad equivalente de energía a partir del hidrógeno.

El hidrógeno azul, una «distracción» para la descarbonización

Robert Howarth, profesor de la Universidad de Cornell y coautor del estudio, ha advertido que el hidrógeno azul puede ser «una distracción» o «algo que puede retrasar la acción necesaria para descarbonizar verdaderamente la economía energética global».

En cambio, los investigadores recomiendan centrarse en el hidrógeno verde, que se fabrica utilizando electricidad renovable para extraer hidrógeno del agua, dejando solo oxígeno como subproducto.

“Esta es una señal de advertencia para los gobiernos de que el único hidrógeno ‘limpio’ en el que deberían invertir fondos públicos es hidrógeno verde, verdaderamente sin emisiones y producido a partir de energía eólica y solar, señala Howarth.

Fuente: The Guardian.

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