Hace días, la Comisión Europea lanzó una comunicación con el balance tras la celebración de los Diálogos sobre la Transición Limpia. La Comisión se reunió con la industria e interlocutores sociales para hablar de transición limpia y fortalecimiento de la industria. Tras los Diálogos, un punto importante a resaltar son las opiniones que hay sobre el hidrógeno. Jorgo Chatzimarkakis, director ejecutivo de Hydrogen Europe, detalla y responde a las opiniones .
Chatzimarkakis elogia que los niveles más altos de la Comisión Europea estén tomando en serio la cuestión del componente industrial de la transición verde. Pero señala que Europa sólo seguirá siendo un factor a nivel mundial con todas las tecnologías relevantes contribuyendo a una mayor eficiencia del sistema. La exclusión de ciertas tecnologías, en última instancia, aumentará costes y perjudicará la competitividad global.
Mientras China es líder global en tecnología de baterías, energía solar y movilidad eléctrica, Europa mantiene una ventaja competitiva en hidrógeno que, opina, se debería potenciar.
El directivo de Hydrogen Europe hace un análisis de los principales cuestiones sobre el hidrógeno que debemos tener en cuenta. Tanto por su importancia para la transición energética, como para la posición europea en el mercado global.
Es, justamente, al contrario. Los europeos iniciaron la revolución del hidrógeno con su estrategia coherente en 2020. Después, los países de todo el mundo han comenzado a invertir fuertemente en hidrógeno. Pero Europa ahora va por detrás de los grandes actores en lo que respecta a una estrategia adecuada para reducir riesgos.
Indica Chatzimarkakis que la historia del hidrógeno no es solo una oportunidad que esperamos implementar dentro de un par de años. Limpiar la economía global es cuestión de tiempo y paciencia. También es una tarea enorme para la humanidad que requiere un apoyo financiero sin precedentes. Y añade:
«¡La historia del hidrógeno apenas ha comenzado!»
El directivo elogia la gran tarea realizada para aprobar el paquete Fit for 55. Sin embargo, señala, es necesario transponerlo a la legislación nacional, y esto debe hacerse con rapidez y decisión. De lo contrario, el marco regulatorio no funcionará. Además, todavía faltan elementos extremadamente importantes como definiciones, esquemas de certificación y estandarización. Todo ello debe completarse lo antes posible.
La cantidad de proyectos de hidrógeno anunciados en todo el planeta ha sido ingente, especialmente en Europa. Y la mayor parte no ha coincidido con un aumento similar de las decisiones finales de inversión (FID). La razón más importante de esta situación radica en muchas decisiones se han visto agobiadas por precios inflacionarios y están atrapadas por cadenas regulatorias. Para Chatzimarkakis, la inflación afecta a todos los mercados, pero más a los incipientes. Por otra parte, las autoridades aún pueden hacer mucho para reducir la carga regulatoria.
El precio del hidrógeno depende en gran medida del precio de la electricidad. La crisis energética derivada de la guerra en Ucrania ha empeorado la situación. Las autoridades deben hacer todo lo posible para luchar contra esto. Mientras, el desarrollo de la industria del hidrógeno permitirá las economías a escala. Así es como ha ocurrido con todas las tecnologías limpias del siglo XXI.
Indica Chatzimarkakis que: “las cifras recientes muestran que la energía renovable intermitente –que continúa (con razón) creciendo– creará problemas cada vez mayores para las redes europeas”.
Todo esto genera costes de gestión de la red, costes de congestión y altos niveles de restricción. Aumentar la red eléctrica es extremadamente costoso. Mientras, las inversiones en infraestructura adicional como el hidrógeno podrían reducir el costo genera. Por tanto, también la carga para los contribuyentes. Esto va de la mano con la necesidad urgente de capacidades de almacenamiento que podrían cubrirse fácilmente con soluciones de hidrógeno.
Las soluciones de hidrógeno en la industria se postulan como las primeras aplicaciones de hidrógeno verde y limpio. Sin embargo, una vez que el hidrógeno esté en el sistema, también será deseable y utilizable para otras aplicaciones. Excluir a determinados sectores de las soluciones del hidrógeno sería una decisión puramente ideológica y nos costaría más a largo plazo. El hidrógeno no gobernará todos los sectores, pero puede contribuir a reducir costes en todos.
El Banco Europeo de Hidrógeno se encuentra en su fase inicial. La primera licitación se lanzó con éxito y su enorme sobresuscripción es una señal importante para el mercado. Sin embargo, sin una estrategia real de reducción de riesgos para el hidrógeno en conjunto con el banco, Europa no seguirá siendo competitiva. Otras geografías han ideado esquemas de financiación simples y pragmáticos que ayudan a atraer inversión privada. Es necesario continuar el buen trabajo iniciado.
Las empresas de petróleo y gas son importantes impulsoras de las inversiones en hidrógeno a escala mundial, ya que necesitan hidrógeno para sus procesos técnicos. Con el tiempo, podrán sustituir el petróleo y el gas por soluciones de hidrógeno.
Sin embargo, las actuales crisis geopolíticas han llevado a una situación cómoda para las empresas de petróleo y gas. De hecho, la demanda de combustibles fósiles no ha hecho más que crecer. Combinado con los subsidios que continúan recibiendo, no hay ningún incentivo para cambiar ese camino. Los formuladores de políticas deben comprender que continuar con los subsidios a las soluciones fósiles sin redirigir el dinero hacia soluciones verdes y limpias no cambiará nada en esa situación.
Sí, las energías renovables y la electricidad deberían ser lo primero, explica Chatzimarkakis. Pero añade que no es cierto que esta medida se produzca sin costes adicionales importantes y prohibitivos. La mayor de ellas es la gigantesca inversión necesaria para la infraestructura asociada, tal y como decíamos líneas arriba. Según explica el directivo:
“Invertir exclusivamente en la red eléctrica es más caro y requiere materias primas más críticas que diversificar nuestras necesidades energéticas en un segundo sistema basado en hidrógeno. Se necesitan urgentemente medidas basadas en moléculas verdes y limpias. Si las energías renovables son lo primero –y deberían serlo– entonces la capacidad de almacenamiento y la capacidad de transmisión adicional (a través de gasoductos) son parte del paquete”.
Chatzimarkakis concluye:
“Una vez que comprendamos esto, comprenderemos que el hidrógeno es un facilitador, no un competidor, de la revolución de las energías renovables”.
FUENTE: Euractiv.
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