Las energías renovables juegan un papel fundamental en la transición hacia un futuro sin emisiones y, además de la energía solar y eólica, el hidrógeno también está ganando protagonismo. Entre los diversos tipos de hidrógeno, el que realmente contribuye a reducir las emisiones de carbono es el hidrógeno verde, producido exclusivamente a partir de fuentes renovables.
España, comprometida con los objetivos de descarbonización para 2030 y 2050, se posiciona como un importante actor en el desarrollo del hidrógeno verde, con el proyecto H2Med liderando esta iniciativa. A continuación, exploraremos los principales centros de producción de hidrógeno verde que están surgiendo en España.
Recientemente, la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) presentó un interesante mapa interactivo que muestra el panorama del hidrógeno en España. Este mapa ofrece una visión detallada de los proyectos en marcha y los que están planificados, y puede verse en este enlace. Lo que lo hace especialmente atractivo es la información que brinda sobre cada proyecto, como su estado actual (si está en fase de planificación, aprobado o ya en funcionamiento), su capacidad de producción, el tipo de hidrógeno que genera, si forma parte de un valle de hidrógeno, y si está destinado a aplicaciones industriales, residenciales o de movilidad.
En total, el mapa recoge más de 120 proyectos, y se actualiza de forma constante con nuevas incorporaciones. Un dato relevante señalado por la AeH2 es que el 56% de los proyectos registrados recurren directamente a energías renovables para producir hidrógeno verde. Además, el 91% del total prevé utilizar fuentes limpias, ya sea mediante conexiones directas con plantas de energía renovable o a través de acuerdos de compra de energía sostenible.
Un análisis del mapa revela el destino de la producción en estos proyectos: un 67% se destina al refinado de petróleo y la industria petroquímica, mientras que un 15% se dedica a la fabricación de amoniaco. En cuanto al sector de la movilidad, el 56% de los proyectos relacionados se enfocan en el transporte por carretera. El resto de iniciativas se dirigen a industrias como la alimentaria, la del vidrio y la cerámica.
En este contexto, nos referimos a los avances dentro de España, pero es importante destacar que nuestro país juega un papel clave en la transición hacia una Europa descarbonizada y con mayor autonomía energética. Tras un largo proceso de negociaciones, tanto el Consejo como el Parlamento Europeo aprobaron en abril de este año el corredor de hidrógeno verde H2Med. Este ambicioso proyecto, impulsado por España, Francia y Portugal, consiste en la creación de una red de gasoductos para transportar hidrógeno verde entre los tres países, facilitando su distribución al resto de Europa.
Con una inversión inicial de 2.500 millones de euros, el plan contempla la construcción de una tubería de 455 kilómetros que unirá Barcelona con Marsella, capaz de transportar dos millones de toneladas de hidrógeno anualmente, y otra de 248 kilómetros entre Celorico y Zamora, con capacidad para 0,75 millones de toneladas al año.
Además de estos dos gasoductos principales, se proyectan otros dos corredores que atravesarán España, configurando la infraestructura básica de hidrógeno en el país. Uno de ellos enlazará Cartagena con Gijón, pasando por Barcelona, mientras que el otro conectará Gijón con Huelva a través de Zamora, estableciendo así la columna vertebral del hidrógeno en territorio español.
El informe de la AeH2 calcula que la inversión pública destinada a los proyectos de hidrógeno en España alcanza apenas los 200 millones de euros, una cifra diminuta en comparación con los 21.000 millones de euros de financiación total previstos. Este documento también deja claro que aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar los objetivos establecidos.
Un ejemplo de ello es el desarrollo de estaciones de servicio de hidrógeno de acceso público. Aunque se espera contar con entre 100 y 150 para 2030, en este momento sólo hay alrededor de 20 en fase de planificación. Para ese mismo año, se busca que el hidrógeno renovable represente al menos el 25% del total, una meta ambiciosa considerando que actualmente el hidrógeno gris, que genera emisiones contaminantes, sigue siendo la principal fuente de hidrógeno en uso.
Además, se plantean metas importantes para los próximos seis años, como la creación de líneas de trenes comerciales de media y larga distancia impulsadas por hidrógeno, el desarrollo de proyectos de almacenamiento de energía y la instalación de al menos 4 GW de capacidad en electrolizadores, con el fin de cumplir los compromisos de producción de hidrógeno verde.
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