El proyecto europeo ARENHA avanza en el desarrollo de prototipos para el uso del amoníaco como vector energético. El programa de investigación e innovación Horizon 2020 de la UE, a través de proyectos como ARENHA, fomenta la viabilidad del amoníaco como forma de almacenamiento de energía a gran escala. El Centro Nacional del Hidrógeno (CNH2) forma parte del consorcio que lo desarrolla.


Señalan desde el CNH2 que:

“Hoy más que nunca, los Estados y las sociedades están más concienciados de la necesidad de buscar alternativas sostenibles, ecológicas y saludables a las energías basadas en el uso de combustibles fósiles”.

El impulso y la demanda de energías renovables se han generalizado. Pero ese aumento de producción renovable requiere mayor capacidad de almacenamiento. Es clave para garantizar la continuidad de los suministros y la disponibilidad de una amplia gama de servicios.

En los procesos de obtención y aprovechamiento de energías renovables se dan periodos de elevada producción y baja demanda. En esos momentos, las capacidades de almacenamiento alcanzan sus límites máximos. Si no es posible almacenar ni aprovechar los excedentes energéticos, se desperdicia una gran cantidad de energía. Además, se convierte en ineficiente la integración de las renovables al mix energético.

En este contexto, las tecnologías Power to X permiten almacenar la energía en gran cantidad y durante largos periodos. Con esta tecnología, los excedentes energéticos, obtenidos mediante fuentes renovables, se convierten en vectores energéticos. Dependiendo de la necesidad de almacenamiento o aplicación pueden ser gases, líquidos o productos químicos. Entre ellos, y por poner algunos ejemplos: hidrógeno, metano, metanol, amoniaco, etc…

Se puede considerar a los vectores energéticos como aquellos compuestos que permiten almacenar y transportar energía para su posterior liberación. Y uno de los vectores energéticos estratégicos más prometedores en el siglo XXI es el amoníaco de origen renovable.

Amoníaco

El amoníaco (NH3), compuesto de nitrógeno e hidrógeno, es un excelente vector energético porque:

  • Posee una alta densidad;
  • Tiene una composición libre de carbono;
  • Por detrás hay un know-how industrial ya existente;
  • Y cuenta con una relativa facilidad para el almacenamiento de energía.

Además, los componentes implicados en las soluciones basadas en amoníaco:

  • Reaprovechan infraestructuras existentes;
  • Cuentan con la seguridad jurídica de una legislación definida;
  • Poseen un historial de seguridad industrial que se remonta a más de 75 años.

Proyecto ARENHA

Señalan desde el CNH2:

“Con todo, para seguir desarrollando materiales y soluciones que permitan explotar de manera óptima el amoniaco como vector energético, es necesario realizar grandes esfuerzos conjuntos”.

En cuanto al proyecto ARENHA (Advanced materials and Reactors for ENergy storage tHrough Ammonia):

“El programa de investigación e innovación Horizon 2020 de la Unión Europea, a través de proyectos como el ARENHA, fomenta la viabilidad del amoníaco como forma de almacenamiento de energía a gran escala”.

El consorcio que engloba el proyecto está compuesto por once organizaciones internacionales con gran experiencia en hidrógeno. Son: Tecnalia, Eindhoven University of Technology, Centro Nacional del Hidrógeno, Technical University of Denmark, Fraunhofer Institute of Ceramic Technologies and Systems, United Kingdom Research and Innovation, Proton Ventures, Elcogen, Hydrogen Onsite, Stellantis y ENGIE.

ARENHA busca desarrollar, integrar y demostrar soluciones para utilizar amoníaco para un almacenamiento de energía seguro, rentable y flexible. Y no sólo desarrolla materiales y conceptos innovadores. Tiene entre sus principales objetivos:

  • El desarrollo de prototipos pequeños para la producción de hidrógeno verde;
  • La síntesis de amoniaco;
  • Y la posterior descomposición del amoniaco en hidrógeno puro.

Este hidrógeno se puede usar para generar energía renovable en períodos en los que a demanda de electricidad es alta. Y permite almacenar el exceso de energía renovable en forma de amoníaco en períodos de demanda baja.

Actualmente, se están finalizando los prototipos con vistas a iniciar y validar su operación en los próximos meses. Estos avances son una prueba de los grandes esfuerzos que están llevando a cabo los socios del consorcio. Muestran que, a través de la colaboración internacional, es posible alcanzar grandes hitos industriales, que nos acercan a un futuro en el que el uso de energía renovable se pueda generalizar.

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