Renfe ha anunciado que volverá a lanzar la licitación de 72 trenes de Media Distancia y Cercanías. Pero esta vez lo hará priorizando las tecnologías limpias, como el hidrógeno, para vías no electrificadas. Con ello, persigue una mayor eficiencia energética y mantener los criterios de sostenibilidad. Las licitaciones tienen un valor total superior a los 1.300 millones de euros.


Así lo acaba de acordar el consejo de administración de Renfe. La propia compañía admite que la adquisición de material diésel entraría en conflicto con su propia responsabilidad social y medioambiental. Además, los activos no podrían rentabilizarse, pues su vida útil se vería considerablemente afectada por las limitaciones a los gases de efecto invernadero.

Por tanto, la decisión obedece al objetivo de reducir significativamente, incluso eliminar, las fuentes de energía no renovables que alimentan los trenes, como el diésel. En esa línea, la compañía señala que en los últimos años ha reducido un 50% su huella de carbono.

La adquisición de trenes de combustibles limpios, como el hidrógeno, es una decisión muy acorde con las directrices de las instituciones nacionales y europeas. Además, se trata de una decisión que podría ser susceptible de incorporar ayudas financieras. Y tanto para Renfe, como para los fabricantes de trenes que optaran a su adjudicación. De estas ayudas tuvimos noticia recientemente, con las inversiones de Renfe en trenes eléctricos de Cercanías par la cornisa cantábrica.

Además, recordemos que Renfe forma parte del proyecto europeo UE FCH2RAIL (Fuel Cell Hybrid Power Pack for Rail Applications). Se trata de un prototipo de tren sin emisiones en el que están involucradas varias compañías y países. Incorpora un sistema bimodal híbrido, que combina el suministro eléctrico de la red aérea con un grupo de alimentación híbrido de pila de combustible.

Plan de renovación de trenes

Renfe ya ha adjudicado varios contratos para la compra de material rodante en el marco de su plan de renovación de flota. El plan se puso en marcha en 2020 y va a suponer la renovación de, aproximadamente, el 50% de los trenes dedicados al servicio público.

El plan inicial de renovación de la flota comenzó con sus licitaciones en 2019. Desde entonces, Renfe ha comprado ya, en el último año, 248 trenes por valor aproximado de 3.000 millones de euros, un 78% del plan. Así, los 72 trenes pendientes de adjudicar, el 22% del total, se volverán a licitar en los próximos meses.

La decisión del consejo de administración no sólo responde al compromiso medioambiental de Renfe. La compañía quiere reforzar el tren como el medio de transporte de viajeros y mercancías más eficiente, en términos de consumo y emisiones de CO2.

Según añade la propia empresa:

«Además, supone adherirse a la clara apuesta de las instituciones europeas y españolas por las energías limpias; y, en particular, por el hidrógeno renovable, que se ha plasmado en la aprobación de diferentes planes y en un desarrollo normativo relativo al combustible. Éstos no solo penalizan la utilización de los combustibles fósiles, sino que limitan la utilización de estos al año 2050».

FUENTE: Energy News y Europa Press