La propuesta de normas de la Comisión Europea para la generación de hidrógeno verde parece que adolece de algunos defectos. Según indica RWE, una de las energéticas alemanas más grandes, la puesta en marcha de estas normas frenará el desarrollo del hidrógeno verde. Para ellos, entre otras cosas, la regulación pone grilletes innecesarios que harán imposible el volumen de producción de hidrógeno verde pretendido para 2026.
Hemos hablado otras veces de la iniciativa REPowerEU. Con ella, la Comisión Europea quiere impulsar de manera decisiva sus objetivos de: seguridad del suministro, independencia del suministro de combustible ruso y la aceleración de los objetivos climáticos. Los componentes clave de la iniciativa radican en aumentar la expansión de las energías renovables y acelerar el aumento del mercado del hidrógeno.
Sin embargo, al mismo tiempo, las normas que proponen, que especifican las futuras reglas del juego para la producción europea de hidrógeno, contrarrestan estos objetivos. Según RWE, en lugar de acelerar el desarrollo de la economía del hidrógeno, la regulación le pone grilletes innecesarios.
Argumentos de RWE
El documento especifica que, tras un breve período transitorio, para producir hidrógeno verde en 2026 sólo se permitirá el uso de electricidad procedente de: plantas eólicas y solares no subvencionadas y de nueva construcción. Incluso si los procesos de planificación y aprobación para nuevas plantas de energía eólica y solar se aceleraran en el futuro, señalan: no sería posible producir hidrógeno verde en grandes volúmenes antes de 2030.
Además, la propuesta de que los electrolizadores sólo pueden producir hidrógeno cuando los nuevos parques eólicos y solares producen electricidad casi simultáneamente es problemática. Esta correlación temporal significa que los electrolizadores tendrían que permanecer inactivos durante cualquier período prolongado de calma. El resultado sería un aumento innecesario del precio del hidrógeno debido a operaciones más complejas. Además, llevaría a hacer casi imposible asegurar un suministro continuo a la industria.
Según señala RWE, la aceleración que se pretende equivaldrá prácticamente a pisar el freno. En otros ámbitos, como la movilidad eléctrica, tampoco existe un acoplamiento directo de la generación procedente de plantas renovables de asignación directa. Es más, desde la perspectiva de la industria energética, este tipo de enfoque es completamente innecesario: el comercio de derechos de emisión regula las reducciones de CO2 y garantiza que las emisiones se limiten al número de derechos de emisión disponibles.
Inversiones en el aire
RWE y muchas otras empresas están preparadas para invertir miles de millones de euros para hacer realidad el cambio al hidrógeno verde. Muchas empresas industriales quieren reconvertir sus procesos productivos. Pero para hacerlo, necesitan la certeza de que el hidrógeno verde estará disponible lo más rápido posible, en volúmenes suficientes y a un coste razonable.
Por lo tanto, en los últimos meses, la industria ha elaborado muchas propuestas constructivas en lo que respecta a los requisitos de hidrógeno verde. RWE espera poder trabajar activamente con los responsables de la formulación de decisiones para que se tengan en cuenta estos criterios.
Si Europa quiere alcanzar sus ambiciosos objetivos climáticos, también necesita un enfoque completamente nuevo en el futuro: no debería haber criterios limitantes para los productores y compradores de hidrógeno verde en torno al uso de la electricidad, según RWE.
En contrapartida, los estados miembros deberían tener en cuenta la electricidad adicional requerida para aumentar la capacidad del electrolizador en sus objetivos nacionales de desarrollo de energías renovables. Entonces ya no sería necesaria una prueba adicional sobre generación de energía verde.
La revisión actual de la Directiva de Energías Renovables (RED II) ofrece la oportunidad de hacer esto. Si se implementa, permitirá liberar aún más el potencial del hidrógeno.
En palabras de RWE
Markus Krebber, director ejecutivo de RWE AG, ha señalado:
“El paquete REPower EU de la Comisión Europea se concibió como un punto de inflexión para la seguridad del suministro y la protección del clima. Los mayores objetivos para la expansión de las energías renovables y el aumento del hidrógeno son un paso en la dirección correcta. Pero las reglas detalladas sobre los criterios de hidrógeno que se han propuesto ahora frenarán la inversión necesaria en los próximos años.
La transformación de la industria se retrasará innecesariamente porque el hidrógeno verde que se necesita con urgencia no estará disponible con la suficiente rapidez en los volúmenes requeridos. La actual propuesta de normas detalladas pondrá freno a un buen plan. Europa necesita gases verdes lo antes posible para lograr nuestros objetivos climáticos y para una mayor independencia de Rusia”.
Por un lado se necesita y se tendrá que invertir en sistemas flexibles, para poder integrar tanta energía renovable. El que el electrolizador tenga que consumir en tiempo real energía limpia. No tiene ningún sentido. Es una medida de una persona que desconoce completamente el funcionamiento de un sistema eléctrico. En un futuro será así, el hidrógeno será verde, si el consumo de la planta de producción de hidrógeno, es inferior a la energía producida por su parque de generación renovable. Y los electrolizadores actuarán como baterías operando en horas valle para allanar la curva de demanda, y se podrían detener, inyectando la generación renovable a la red en horas pico.