Sasol Ltd., una de las empresas que más contaminan en todo el mundo, quiere cambiar de rumbo en cuanto a la energía utilizada en las operaciones para descarbonizar su actividad de aquí a 2050.
Por el momento, la compañía sigue tenazmente ligada a los combustibles fósiles. Aunque esto podría cambiar para la compañía que encontró su hueco en el mercado produciendo combustible sintético y productos químicos a partir del carbón, ya que se ha puesto el objetivo de ser neutra en emisiones en 2050.
El plan, que ha sido criticado por activistas y algunos analistas de la OPEP, responde a los cortes de producción energética en Sudáfrica, que están empujando a las compañías a asumir los altos costes del petróleo.
Sasol tendrá mucho trabajo por delante para reducir sus emisiones. Para contextualizar: su mayor planta produce más emisiones de gases de efecto invernadero que las operaciones globales de la petrolera BP. Según su director ejecutivo, Fleetwood Grobler, la compañía solo necesita rentabilidad para poder invertir en nuevas fuentes de energía.
El camino de Sasol ha de comenzar en el carbón, el combustible fósil más contaminante. El cambio de rumbo de la empresa debe realizarse de manera apremiante. No en vano, su planta de Secunda, en el centro de Sudáfrica, es uno de los sitios que más contaminación emite en todo el mundo: produce más gases contaminantes que Portugal o Noruega.
La estrategia de Sasol pasa por reducir en un 30% sus emisiones en 2030. Para ello, reemplazará al carbón por gas natural. Aun así, para llevar esto a cabo, la compñía debe encontrar suficiente gas natural rentable para reducir los 40 millones de toneladas de carbón que utiliza anualmente para producir combustibles sintéticos.
Actualmente, la fuente más barata de gas natural que la compañía tiene en su haber procede de los campos situados en Mozambique. El gas recorre cerca de 900 kilómetros para ser utilizado en las operaciones de Sasol. También en Mozambique, la empresa ha gastado cerca de mil millones de dólares estadounidenses en la búsqueda de más yacimientos de gas natural para poder reemplazar al carbón en su totalidad a partir de 2028.
De fracasar esta búsqueda, la compañía podría recurrir a las importaciones de gas natural licuado. Esta decisión habrá de ser tomada a más tardar en 2025, dejando tres años de margen respecto a la fecha tope de sus objetivos.
En vistas a 2030, las energías renovables se presentan como un elemento clave para que Sasol cumpla sus objetivos.
La compañía se ha fijado especialmente en el hidrógeno verde. En este ámbito, ya ha alcanzado acuerdos con Air Liquide y TotalEnergies para alcanzar su objetivo de cubrir la mitad de su demanda energética de 1,2 GW.
Sin embargo, la llegada de renovables a su mix energético será difícil. Sudáfrica está atravesando una situación marcada por récords en cortes de energía. Además, su programa de compra de electricidad de proyectos renovables se ha visto ralentizada por la falta de conexiones a la red.
Otra de las opciones que Sasol evalúa es un proyecto de hidrógeno verde en la costa oeste de Sudáfrica, del que se espera que algún día pueda reemplazar al gas natural en todas sus operaciones.
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