Investigadores de la Universidad de Oviedo, junto con investigadores franceses y noruegos, participan en el proyecto europeo NEXPECH2. El proyecto tiene como objetivo obtener hidrógeno verde a partir de agua mediante un proceso electroquímico generado con luz solar. Se pretende que la tecnología aquí desarrollada sirva para prevenir el agotamiento de recursos naturales, satisfacer la demanda creciente de energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El coordinador del proyecto es Mohamed Nawfal Ghazzal, del Institut de Chemie Physique de París. Por parte de la Universidad de Oviedo participan Víctor Manuel García Suárez, catedrático, y Roberto Luis Iglesias Pastrrana, profesor del Departamento de Física. Además, forman parte otros investigadores españoles, como Jordi Albiol y Alba Garzón Manjón, del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología.
El proyecto producirá hidrógeno a partir de un prototipo a escala de laboratorio, este dispositivo será de bajo coste y buscará ser lo mayor eficiente posible. Se desarrollará mediante un sistema fotoelectroquímico (PEC) que maximizará la captación de luz solar y la conversión solar eficiente a elemento químico. Los investigadores creen que el proyecto tendrá importantes efectos tanto científicos como económicos, sociales y ambientales, debido a que el hidrógeno verde es un combustible limpio y sostenible que puede almacenarse durante gran cantidad de tiempo y servir de reemplazo para combustibles fósiles.
En primer lugar, supondrá un intercambio de conocimiento entre distintos socios de la Unión Europea a través de actividades de investigación específicas, permitiendo avanzar en la comprensión científica y fortalecer las bases tecnológicas de los distintos socios. Además, esta colaboración acelerará el desarrollo de combustibles renovables y sostenibles, planteando una alternativa a la utilización de combustibles fósiles.
El proyecto servirá para que esta tecnología de producción de hidrógeno verde esté mas cerca de los productos comerciales. Esto se medirá a través del TRL (Technology Readyness Level), un índice que determina cuánto de cerca esta una tecnología a su comercialización.
Esta cooperación permitirá a las sociedades y países de la UE a reducir su dependencia de la importación de combustibles fósiles, ayudándoles también a cumplir con los objetivos acordados en el Acuerdo de París de la COP21. Además, fomentará la independencia energética y mejorará el acceso a energías renovables de las comunidades desatendidas.
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