Cada vez son más los avances tecnológicos que hacen que volar en un avión impulsado por hidrógeno sea posible. Este logro abriría la posibilidad de encontrar otros combustibles fósiles con los que poder viajar. Según un estudio de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, prácticamente todos los vuelos que se realicen dentro de un radio de 1200 kilómetros podrán ser impulsados por hidrógeno en 2045. Este margen se espera que se pueda incrementar en el futuro. Un paso muy importante para el porvenir de la movilidad.

Los túneles de viento de Chalmers son un elemento importante dentro de esta investigación, donde los investigadores prueban las condiciones de flujo de aire. En ellos, se están desarrollando motores más eficientes energéticamente que hagan posible la existencia de aviones que realicen vuelos por hidrógeno.

La aviación de corto alcance

Los vuelos de corto y medio alcance son los que se ven más cercanos para volar impulsado por hidrógeno. Especialmente esto sería muy eficaz en los países nórdicos, ya que se estima que podrían cubrir el 97% de las rutas intranórdicas y el 58% de las rutas de los pasajeros nórdicos.

La investigación, dirigida por el estudiante de doctorado Christian Svensson en el grupo de investigación de Tomas Grönstedt, también mostró un nuevo tanque de combustible. El cual estaría lo suficientemente aislado para contener el hidrógeno líquido a la temperatura adecuada, además de ser más ligero que los tanques de combustibles fósiles.

volar impulsado por hidrógeno

Nuevos intercambiadores de calor

Los intercambiadores de calor son un elemento esencial para este objetivo. El hidrógeno debe estar en forma líquida dentro del avión, lo que significa que su temperatura debe ser de -250ºC. Para aumentar la eficiencia se debe recuperar el calor de los gases de escape caliente que emite el motor y enfriar el motor en lugares estratégicos. Para ello, es necesario diseñar nuevos intercambiadores de calor.

Actualmente, los investigadores están desarrollando un nuevo intercambiador de calor que aprovecha la baja temperatura del hidrógeno para enfriar las piezas del motor y utilizar el calor residual de los gases de escape para precalentar el combustible antes de que se inyecte en la cámara de combustión.

Grandes inversiones

El mayor desafío de este proyecto radica en las grandes inversiones que necesita. Se espera que la transición total para utilizar aviones impulsados por hidrógeno requiera unas 100 millones de toneladas de hidrógeno verde al año.

Aquí aparece la empresa sueca, TechForH2, que tiene un presupuesto de 15,5 millones de euros para asumir el reto del hidrógeno. Con ello, tratará de contribuir a distintas áreas de investigación que vinculan el hidrógeno verde y el transporte pesado.

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