El hidrógeno verde, actualmente con precios de producción altos, es la energía que, previsiblemente, mayores planes de desarrollo tiene en la presente década. China, el mayor productor mundial de hidrógeno, contempla aumentar sus inversiones para producir esta energía de manera sostenible.
Según informa South China Morning Post, el hidrógeno renovable podría abaratarse en un 75% de aquí a 2030. El coste de esta energía podría caer entre 1,40 dólares y 2,3 dólares por kilogramo, en comparación con una media actual de 6 dólares, en regiones con grandes recursos solares y eólicos como Oriente Medio, Chile, Australia y partes del noroeste de China.
Tobias Chen, director de Shell Hydrogen en Asia Pacífico, señaló durante el Foro Financiero Asiático celebrado el pasado martes: «Estas regiones podrán alcanzar un nivel de precios muy atractivos al producir hidrógeno verde a un nivel comparable al del hidrógeno gris actualmente».
Industria del hidrógeno en China
China, el mayor productor mundial de hidrógeno, ha estado intensificando los esfuerzos para la transición a combustibles más limpios bajo su objetivo de cero emisiones netas para 2060. Así, en su decimocuarto plan quinquenal, ha priorizado el hidrógeno verde como una industria emergente.
El valor de producción de hidrógeno en China podría alcanzar 157 mil millones de dólares para 2025, según China Hydrogen Energy and Fuel Cell Industry Alliance. Para 2030, la demanda de hidrógeno alcanzará las 35 millones de toneladas y el combustible representará al menos el 5% de la combinación de consumo de energía para entonces.
Actualmente, alrededor de dos tercios del hidrógeno producido en China se realiza con combustibles fósiles. Para realizar una transición hacia el hidrógeno limpio, Shell Hydrogen apunta que es necesario apoyo estatal en forma de políticas favorables y financiación.
Aunque por el momento no existe una regulación nacional sobre el hidrógeno, algunos gobiernos provinciales han redactado sus propios planes para desarrollar industrias locales, lideradas por Guangdong, Beijing y Shanghai. Algunas empresas estatales también están aportando su grano de arena. Por ejemplo, Sinopec, el conglomerado de refinación de petróleo, gas y petroquímicos más grande del mundo, está invirtiendo 5 millones de dólares para construir 1.000 estaciones de repostaje de hidrógeno en China continental para 2025, con una capacidad anual combinada de 200.000 toneladas.