Varios Estados y grupos industriales de todo el mundo están comenzando a rivalizar en la carrera por el hidrógeno verde, el vector energético que está en boca de todos. Aunque existe una clara intención de potenciar esta tecnología en varios países, es China quien, tras liderar la producción de otras tecnologías, parece que se hará con el primer puesto en la producción de hidrógeno verde. En todo el mundo, hay unos 76 GW de capacidad de producción de hidrógeno verde en construcción, de los que 40 fueron anunciados el año pasado.

En especial, Europa está poniendo especial énfasis en la integración de esta tecnología renovable. Más aún tras haberse quedado atrasada en materia fotovoltaica y de baterías, ambos mercados prácticamente monopolizados por China. El viejo continente tiene el objetivo de controlar, al menos una parte, de la cadena de valor de hidrógeno. Ejemplo de ello son los planes llevados a cabo en su territorio: Alemania espera invertir para 2030 10. 600 millones de dólares, Francia y Portugal 8.500 millones de dólares cada uno y Reino Unido 16.500 millones de dólares. Por su parte, Japón invertirá 3.000 millones de dólares, mientras que China pondrá en liza 16.000 millones.

En el caso de Alemania, existe un proyecto que instalará siete nuevos aerogeneradores y dos unidades de electrolisis de 1,25 MW. Los aerogeneradores tienen una altura de 169 metros y una capacidad combinada de 30 MW. Todos ellos están situados en las instalaciones del Grupo Salzgitter, en la ubicación de una fábrica de acero en la ciudad de Salzgitter, Baja Sajonia, en el noroeste de Alemania. El objetivo es descarbonizar la industria siderúrgica intensiva en los próximos años.

Modelo de producción chino

China desarrolla un modo de producción adosado a reactores nucleares aunque su producción actual procede del carbón. Actualmente, atrae a actores de todo el mundo, dado que su legislación en cuanto a emisiones es más flexible que en otros países.

¿Podría el hidrógeno verde cambiar el rol actual de los productores de petróleo?

El desarrollo de la producción de hidrógeno verde y su papel de sustituto de otras formas de generación de energía puede producir una descentralización de los tradicionales productores. La pregunta es: ¿se formará un nuevo orden con países productores y países importadores de hidrógeno verde como ocurre actualmente con el petróleo y el gas?

Fuente: AFP.

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