China podría dar mucho que hablar en 2023 en lo que a hidrógeno se refiere. Considerando su enorme papel en el mercado energético en términos de oferta y demanda, la segunda economía del mundo ha tenido un perfil relativamente bajo en la industria del hidrógeno hasta ahora.

Como parte de su plan a medio y largo plazo para el desarrollo de la industria de la energía del hidrógeno hasta 2035, China tiene un modesto objetivo de producir entre 100.000 y 200.000 toneladas de hidrógeno para 2025. Decimos modesto porque lo comparamos con Europa, cuyas metas están fijdas en 1 millón de toneladas para 2024 y 10 millones de toneladas para 2030. Sin embargo, los objetivos nacionales a corto plazo no lo son todo. La provincia de Mongolia Interior, por ejemplo, tiene como objetivo producir 500.000 toneladas de hidrógeno verde al año para 2025.

Para poder comparar mejor el objetivo de China, podemos ver como el Reino Unido planea producir 10 GW de hidrógeno bajo en carbono para 2030. Del total, la mitad debería ser hidrógeno verde, y si tenemos en cuenta que 1 GW corresponde aproximadamente a 160.000 toneladas, el país produciría 800.000 toneladas para 2030.

La posición de China en la carrera del hidrógeno

China es el mayor productor mundial de hidrógeno. Cada año, produce cerca de 33 millones de toneladas para su uso en las industrias química, de refinación y metalúrgica, por lo que tiene un mercado listo para la adopción del hidrógeno verde. Impulsado por los objetivos estatales de descarbonización, se espera que la adopción de hidrógeno limpio por parte de China se acelere rápidamente en los próximos años, con 38 GW de capacidad de electrolizadores pronosticados para 2030. De hecho, el país albergará la instalación de producción de hidrógeno verde más grande del mundo, que el gigante petrolero Sinopec construye en Xinjiang y espera tener listo en junio.

La industria de los electrolizadores

Las previsiones apuntan a que las ventas de electrolizadores se duplicarán en 2023, y es aquí donde China quiere jugar sus cartas. No en vano, los electrolizadores chinos son aproximadamente un 25% más baratos que los fabricados en Occidente. ¿Podría suponer un peligro para los demás competidores teniendo en cuenta que una situación similar afectó a la naciente industria europea de paneles solares hace una década?

Es un riesgo, pero se espera que la brecha de precios se reduzca en los próximos años a medida que las fábricas occidentales adopten la automatización. Además, los precios chinos podrían ser más altos para las unidades exportadas. Desde Occidente, las marcas afirman que sus productos son más seguros y de mayor calidad.

Sin embargo, aunque la competencia china puede ser una preocupación para los fabricantes europeos de electrolizadores, el verdadero beneficiado será el mercado en su conjunto, ya que la competencia puede reducir los costes. Los electrolizadores más baratos significan hidrógeno más barato, lo que en última instancia significa una descarbonización de menor costo de las industrias, desde el transporte hasta la fabricación de acero y la agricultura.

Fuente: Ryze Hydrogen.

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