Hanwha Aerospace, un fabricante de piezas de aviones de Corea del Sur, ha sido seleccionado para liderar una misión nacional para desarrollar un sistema de pila de combustible de hidrógeno que pueda utilizarse para la movilidad aérea urbana. La compañía tiene como objetivo asegurar las tecnologías centrales mejorando el rendimiento y reduciendo el peso del sistema para 2025 mediante la formación de un consorcio con empresas locales e institutos de investigación.

En concreto, la compañía liderará el desarrollo de un el sistema de celdas de combustible de movilidad aérea urbana, un ecosistema que incluye vehículos voladores urbanos de pasajeros, en un proyecto de cuatro años que costará alrededor de 17 millones de dólares.

El alcance de los drones multicópteros es limitado debido a la duración relativamente corta de la batería. Por ello, los drones de pila de combustible de hidrógeno con largos tiempos de vuelo podrían cambiar esta situación.

En un comunicado, la compañía asegura: «A través del éxito de este proyecto, aseguraremos las tecnologías centrales del sistema de propulsión eléctrica para movilidad aérea urbana (UAM) y expandiremos nuestro negocio para incluir sistemas de propulsión eléctrica para aviones pequeños y medianos a largo plazo».

Ventajas y retos del hidrógeno en la movilidad aérea urbana

Las pilas de combustible de hidrógeno tienen una alta densidad de energía, lo que puede aumentar significativamente el tiempo de operación y la distancia de la UAM. Para la aviación, las pilas de combustible deben ser ligeras y mantener una alta potencia constante durante el vuelo.

El hidrógeno es una de las tecnologías más prometedoras para reducir el impacto climático de la aviación. Cuando se genera a partir de fuentes de energía renovables, no emite CO2. Significativamente, entrega aproximadamente tres veces la energía por unidad de masa del combustible para aviones convencionales y más de 100 veces la de las baterías de iones de litio. Esto lo hace muy adecuado para propulsar aviones.

Sin embargo, almacenar hidrógeno a bordo de un avión plantea varios desafíos. El hidrógeno puede proporcionar más energía en masa que el combustible de queroseno, pero proporciona menos energía en volumen. A presión atmosférica y temperatura ambiente normales, un avión necesitaría aproximadamente 3.000 litros de hidrógeno gaseoso para lograr la misma cantidad de energía que un litro de combustible de queroseno.

Claramente, esto no es factible para la aviación. Una alternativa sería presurizar el hidrógeno a 700 bares, un enfoque utilizado en el sector de la automoción.

Esto puede representar una gran mejora, pero el peso y el volumen son fundamentales para los aviones. Para ir más allá, se puede bajar la temperatura a -253 ° C. Es entonces cuando el hidrógeno se transforma de gas a líquido, aumentando aún más su densidad de energía.

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