Las nuevas regulaciones de la administración Biden, que pretenden impulsar la industria del hidrógeno en Estados Unidos, podrían no ser beneficiosas para la aceleración de la producción de hidrógeno verde. 

¿El motivo? Para poder acceder a los créditos fiscales, los proyectos de hidrógeno verde deben utilizar una fuente de energía renovable de la misma región de la misma red eléctrica y, además, en el mismo periodo de operación. Por ello, la inversión en proyectos de hidrógeno verde en Estados Unidos podría retrasarse.

La naturaleza estricta de estos requisitos ha generado críticas por obstaculizar potencialmente el progreso de los proyectos de hidrógeno verde, y la Cámara de Comercio de EE. UU. y los grupos de desarrollo de energía renovable han criticado las nuevas reglas por ser demasiado restrictivas. A pesar de apreciar los esfuerzos de la administración por dar un marco estable, los productores destacan la necesidad de evitar barreras adicionales en la producción de hidrógeno verde.

Los funcionarios de la administración estiman que los créditos de producción de hidrógeno generarán 140.000 millones de dólares en ingresos y 700.000 puestos de trabajo para 2030, además de contribuir a Estados Unidos a producir 50 millones de toneladas métricas de H2 para 2050. Esta cantidad es el equivalente a la cantidad de energía que utilizan actualmente todos los autobuses, aviones, trenes y barcos del país norteamericano.

El hidrógeno en Estados Unidos

Actualmente, en Estados Unidos, la mayoría del H2 se produce todavía con gas natural. La producción anual del país alcanza a día de hoy los 10 millones de toneladas métricas anuales, que son destinadas principalmente a la refinación de petróleo y la producción de amoníaco.

En este sentido, como parte de la propuesta, las empresas que produzcan hidrógeno de forma limpia y cumplan con los requisitos salariales vigentes en el país, podrán acceder a subvenciones que garanticen un precio del hidrógeno a 3 dólares el kilogramo. 

El país que saldría ganando

Otro de los países que más esfuerzos está dedicando al impulso del hidrógeno es Australia, que ha recibido con alivio las noticias desde el otro lado del Pacífico, ya que la producción de hidrógeno en este país cuenta con menos trabas. Además, ante el posible fracaso de algunos megaproyectos en Estados Unidos, el país australiano sería más favorable a la hora de recibir inversiones norteamericanas.

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